La embarcación partió desde Güiria el 16 de mayo de 2019, pero no llegó a su destino. No hay pruebas de naufragio, solo un sobreviviente: el capitán de la embarcación, quien tiene antecedentes por trata de personas. Tal como sucedió con la lancha Jhonnailys José, que naufragó tres semanas antes, no hay avance de las investigaciones
Govanny José López Chirinos dejó su casa en la Cota 905. El 15 de mayo de 2019 partió a Güiria (estado Sucre) para viajar a Trinidad y Tobago. Su meta era encontrar un trabajo que lo ayudara a mantener a su familia y, sobre todo, a su hijo con síndrome de Down.
Govanny, de 38 años de edad, se fue con Winder Blanco Solórzano y su amigo, Franklin Óscar Cordero Azuaje. En el terminal de San Martín tomaron un autobús que los llevó hasta la capital del municipio Valdez, viajaron de pie porque no había más puestos.
Los tres abordaron el bote Ana María en el puerto La Playita de Güiria, que partió a las 4:30 pm del 16 de mayo de 2019 y desde entonces no hay rastros de la embarcación ni de sus 33 pasajeros, entre ellos una mujer con siete meses de embarazo y tres niños menores de tres años. Tampoco hay una investigación en curso que haya aportado respuestas a los familiares.
Al pueblo llegó la versión de que, supuestamente, el bote estaba accidentado en Macuro, a pocos minutos de Güiria, pero no se comprobó. Tampoco hubo algún indicio de naufragio, tras 15 días de búsqueda no se encontró ni una tablita. El padre de Andy Villegas, uno de los pasajeros, rastreó la zona por su cuenta al no recibir apoyo del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Los familiares están convencidos de que los desaparecidos fueron víctimas de una red de trata de personas que opera entre Güiria y Trinidad y Tobago. Captan a mujeres jóvenes en el oriente del país, pero también hay víctimas del estado Táchira, como el caso de Kelly Zambrano; o de Caracas, como Any Villalobos.
Alberto Abreu, supuesto capitán del bote con antecedentes por trata de personas, fue el único sobreviviente. Lo rescataron en mar abierto y actualmente está prófugo.
Tres semanas antes se registró el supuesto naufragio de la lancha Jhonnailys José, en el paso más peligroso de las dos horas y media de camino: Boca del Dragón. En esta embarcación viajaban 38 personas, en su mayoría mujeres adolescentes y jóvenes. A diferencia del Ana María en este hecho rescataron a nueve sobrevivientes y recuperaron el cadáver de una adolescente de 16 años. Están desaparecidas 28 personas.
A Govanny le cobraron 300 dólares por el viaje en barco. Ramón Miguel Franco Martínez, conocido como Moncho, les haría el traslado a los tres, pero a última hora los mandó al Ana María.
“Glendy, la novia de Winder, los puso en contacto con Moncho, al parecer ella siempre viajaba con él a Trinidad. Franklin tuvo contacto con Moncho, él les decía que los iba a llevar pero había que esperar que se calmaran las cosas por lo que había pasado con el Jhonnailys José”, contó Yoselyn López, hermana de Govanny.
Govanny es técnico superior en Contabilidad, egresado del Colegio Universitario Francisco de Miranda, al igual que sus dos hermanas. En 2017 emigró por primera vez a Trinidad y regresó en diciembre de 2018, tras la muerte de su abuela y con la esperanza de que el país tuviera mejores condiciones. Pero al no tener oportunidades de una vida mejor, decidió irse de nuevo, a diferencia de la primera vez se fue en barco porque no le alcanzaba para el boleto de avión.
Yoselyn forma parte del comité de familiares de desaparecidos entre Güiria y Trinidad y Tobago. Los parientes de más de 60 personas se unieron para exigir que se avance con las investigaciones, sin embargo, en el Ministerio Público no les dan la cara. Les dicen que están investigando y tras un año no hay resultados.
Trata de personas
En Güiria, los habitantes saben que hay una red de trata de personas y se han conocido testimonios extraoficiales de vecinos que aseguran que todos en el pueblo callan por miedo. Los miembros de esta red amenazan de muerte a quien se atreva a denunciarlos.
La mafia capta a adolescentes y mujeres jóvenes para explotarlas sexualmente en la isla vecina. Les ofrecen trabajo con una buena remuneración, con vivienda y, además, les pagan el pasaje en lancha, entre 200 y 300 dólares. A otras las llevan a la fuerza.
De acuerdo con investigaciones de la comisión de la Asamblea Nacional (AN) los guardacostas en Trinidad y Tobago reciben al menos 500 dólares, al igual que los funcionarios de Venezuela, por su participación en la mafia. Los parientes de los desaparecidos en ambas embarcaciones denunciaron que los guardacostas de Güiria no participaron debidamente en la búsqueda, presumen que están involucrados.
RECUADRO
Negocio redondo
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la trata de personas es el tercer negocio ilícito más lucrativo del mundo. Calculan que 40,3 millones de personas son víctimas de esta actividad.
Al conocerse que el bote Ana María estaba desaparecido los familiares se trasladaron hasta el pueblo y recibieron amenazas de muerte si no se retiraban. “Lo primero que te dicen es que no hables con nadie, porque no se sabe quién es quién. Mientras uno estaba en la playa se acercaban hombres a hacer preguntas, repentinamente”, contó un familiar sin revelar su nombre por medidas de seguridad.
Al menos 40.000 venezolanos han ingresado a Trinidad y Tobago, según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Según la ONG Provea, el flujo migratorio venezolano ocasionó que ese país endureciera sus políticas migratorias y las personas quedan expuestas a arrestos o deportaciones.
Yohana Marra/Crónica.Uno