La pandemia del COVID-19 marca una tendencia clara dentro las empresas privadas venezolanas: los sueldos congelados. Ni aumentos salariales individuales, ni bonificaciones extras por productividad, ni mucho menos incrementos para la plantilla completa de trabajadores. Todo aquello que suene a ajuste salarial en las compañías privadas parece en pausa desde mediados de marzo pasado, cuando empezó la cuarentena nacional para prevenir los contagios del nuevo coronavirus.
Las encuestas semanales hechas por Mercer Marsh a un grupo de 70 empresas privadas hablan de la corriente en el mercado laboral venezolano. 60% de las compañías privadas aseguró que no hicieron ningún aumento salarial en abril y tampoco en mayo. A comienzos de junio, en cambio, 80% de las empresas privadas encuestadas confesaron que ni hicieron ni tienen contemplado ningún incremento de sueldos en el corto plazo.
Esto contrasta con la tendencia de ajustes salariales que las compañías privadas implementaron desde que comenzó la hiperinflación en Venezuela. Durante el año 2018, por ejemplo, las organizaciones privadas se vieron obligadas a ofrecer ajustes salariales mensuales y para 2019, estos incrementos de sueldo se hicieron, al menos, cada dos o tres meses.
Los sondeos hechos en otro grupo de 91 empresas privadas por la firma Job Price Consulting, entre el 21 de abril y el 3 de mayo, también coinciden en la tendencia de frenar los aumentos salariales. 24,4% de las empresas privadas encuestadas revelaron que su política fue congelar los sueldos de sus trabajadores, mientras que 51,9% divulgó que no hicieron ningún cambio en la compensación base de sus empleados durante la pandemia.