Desgranamos algunos de los episodios deportivos que han emocionado a todo el planeta y se han erigido en motores de cambio
El deporte ha adquirido la magnitud social actual por su infinita capacidad de emocionar. Es un vehículo inmejorable para la superación personal, para impactar positivamente en los demás y hacer ver a personas con dificultades que siempre hay una salida, así como por lo meramente resultadista. Las apuestas deportivas desgranadas en el portal betsonly.mx son una manera de vivir con pasión el deporte y emocionarse con él, pero hay muchas historias cuyo trasfondo sentimental es capaz de provocar un cambio en las personas o, al menos, de ofrecer un ejemplo a seguir aplicándolo en muchas facetas de la vida. Repasamos algunas de las más impactas.
Enhamed Enhamed, lo imposible se convierte en realidad
Todo deportista paralímpico merece un gran reconocimiento, pero en el caso de Enhamed su hazaña es aún más increíble. Se quedó ciego a los 9 años por un glaucoma, mientras se criaba en Gran Canaria lejos de sus padres, que residían en Marruecos. Sin saber nada, se topó con Julio Navarro, que se erigió en figura primordial para su desarrollo. No solo aprendió a nadar, sino que se ha convertido en uno de los mejores deportistas paralímpicos del mundo, con nueve medallas olímpicas.
Julio González Ferreira, el futbolista con un solo brazo
Este futbolista paraguayo perdió el brazo izquierdo en un accidente de tráfico cuando estaba en la cúspide de su carrera profesional. A sus 24 años, lejos de rendirse o venirse abajo, redobló esfuerzos y desafió a todos que le decían que nunca volvería a jugar al fútbol. Lo hizo dos años después con la plantilla del Tacuary, habiendo trabajo enormemente para encontrar la manera de equilibrarse y hacer que la ausencia de un brazo no supusiera una gran desventaja para él.
El regreso de Hillary Allen
La única manera de describir lo que vivió esta corredora de montaña es resurrección. Siendo una de las mejores del mundo en su disciplina, sufrió un accidente muy aparatoso y de tremenda gravedad en Noruega. Voló varios metros y cayó en una roca de acantilado como si fuera un trapo. Los que lo presenciaron en directo dicen que no tenían duda de que había muerto, pero gracias a la valentía de un aficionado español que la auxilió y a la atención de los médicos salvó su vida milagrosamente. Todos le dijeron que no podría volver a hacer deporte, pero dos años después estaba compitiendo de nuevo.
Karapetyan, un héroe para la historia
Este nadador soviético no solo pasó a la historia por sus logros deportivos, sino por la hazaña realizado en el Lago Yerevan. Se encontraba cerca entrenando y vio cómo un trolebus caía a las aguas tremendamente contaminadas del lago. No lo dudó un instante. Se lanzó al agua y empezó a rescatar a gente, uno a uno, en unas aguas sin apenas visibilidad y donde resultaba casi imposible orientarse y respirar. El vehículo cayó a diez metros de profundidad, pero Karapetyan salvó a 30 personas, realizando diez inmersiones en apenas 20 minutos. Sufrió hipotermia, neumonía y septicemia, al envenenarse su sangre por el agua contaminada, pero consiguió salvar su vida también.
Pete Goss, el ángel de alta mar
Este navegante británico dio una lección de humanidad al mundo durante la regata Vendée Globe, consistente en dar la vuelta al mundo en solitario, sin escalas, sin asistencia y en embarcación. El mero hecho de acabar la prueba ya es motivo de elogio, pero Goss fue más allá. Recibió una llamada de alarma de uno de sus compañeros y máximos rivales al triunfo, el francés Rafael Dinelli. No lo dudó un momento y se desvió de su ruta para navegar durante horas y socorrer a Dinelli. Le encontró en un bote que estaba empezando a hundirse, salvó su vida y terminó la prueba. Simplemente impresionante.