El hallazgo e identificación de un naufragio ocurrido hace casi 100 años ha desacreditado una teoría de conspiración popular: que el Triángulo de las Bermudas tuvo que ver de alguna forma con la desaparición del granelero estadounidense SS Cotopaxi en 1925.
El barco a vapor nunca llegó a su destino en La Habana.
Pero esta es la cereza que le faltaba al pastel: el naufragio del SS Cotopaxi ni siquiera se encuentra en el Triángulo de las Bermudas, un área geográfica con forma de triángulo equilátero situada en el océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami (Florida).
Michael Barnette, biólogo marino y buzo que identificó el naufragio dijo a LiveScience:
Eso es lo que pasa con este Triángulo de las Bermudas. Si realmente lo miras en un mapa, la mayoría de las historias asociadas con él ni siquiera ocurrieron en sus límites. Es una basura total.
Y es que cuando desapareció el SS Cotopaxi ni siquiera había sido creado el mito del Triángulo de las Bermudas.
No fue hasta 1964 que el término fue acuñado por varios escritores que publicaron artículos en revistas sobre la supuesta peligrosidad de la zona.
En 1974, el mito tomó más fuerza gracias al escritor de ciencia ficción Charles Berlitz, que publicó el superventas El Triángulo de las Bermudas. Según el autor, el área del triángulo se formó tras la catástrofe que hizo desaparecer misteriosamente a la isla de la Atlántida.
Desde entonces, el Triángulo de las Bermudas se ha convertido en una especie de leyenda popular, como la de Pie Grande o el monstruo del lago Ness. En 1977, la película del director Steven Spielberg “Encuentros cercanos del tercer tipo” relacionaba la desaparición del SS Cotopaxi con el Triángulo de las Bermudas y la actividad extraterrestre.
“Naufragio del Oso”
La investigación de Barnette ha puesto fin a esa idea. Cuando este biólogo marino se instaló en Florida hace casi 20 años, buscó naufragios que pudiera explorar mientras buceaba. Un naufragio en particular llamó su atención: uno localizado a unos 65 kilómetros de la costa oriental de San Agustín (zona norte del estado de Florida), el cual es conocido por los lugareños como el “Naufragio del Oso”.
A diferencia de casi todos los naufragios hallados en esa zona, el Naufragio del Oso era grande. Intrigado, Barnette decidió investigar “a fondo”. Tomó medidas del naufragio, revisó artículos históricos de periódicos y registros de seguros, e inspeccionó los objetos encontrados en el naufragio.
El trabajo de Barnette mostró que el Cotopaxi era realmente la única opción.
Hace 5 años, en 2015, algunos medios informaron sobre un barco no tripulado que había sido interceptado por la Guardia Costera Cubana, presumiendo que se trataba del SS Cotopaxi.
La falsa noticia llevó a Barnette a publicar un vídeo en Internet asegurando que el verdadero Cotopaxi se encontraba en el fondo del Atlántico.
Poco después del informe del biólogo, Science Channel se puso en contacto con él para trabajar juntos en un programa especial sobre el naufragio del Cotopaxi.
¿Qué le ocurrió al SS Cotopaxi?
La embarcación partió de Charleston (Carolina del Sur) el 29 de noviembre de 1925 cargada con carbón. Pero no llegó muy lejos: una fuerte tormenta arrasó con el barco, y ninguna de las 32 personas a bordo volvió a ser vista o escuchada.
La investigación llevada a cabo por Barnette junto al historiador británico Guy Walters deja en evidencia por qué sucedió el naufragio.
Tras la desaparición del Cotopaxi, los familiares de los miembros de la tripulación decidieron demandar a la compañía dueña del barco. Habían encontrado al carpintero del barco, quien declaró que el barco tenía rotas las tapas de las escotillas, que eran usadas para cubrir el carbón.
Si salpicaba agua a bordo del barco y corría hacia la bodega de carga, la probabilidad de inundación y hundimiento era muy alta. Así lo explicó Barnette:
Sabemos por testimonios que las tapas de la escotilla estaban en un estado de reparación muy lamentable. Estaban en el proceso de reparar todas estas cubiertas de la bodega de carga, pero se les dijo que navegaran a Cuba antes de completar todo eso.
También se pudo evidenciar que el Cotopaxi envió señales de socorro inalámbricas el 1 de diciembre de 1925. Estas fueron detectadas en Jacksonville (Florida), no muy lejos de donde actualmente se encuentra el naufragio, según informa Science Channel en un comunicado.
Por otra parte, un buzo descubrió válvulas de latón del naufragio con las letras SV en ellas. La conclusión de Barnette es que esto probablemente representaba a Scott Valve Manufacturing Co., cuya sede de Michigan no está muy distante de donde fue construido el Cotopaxi:
Tenía sentido que un constructor naval local utilizara proveedores locales de hardware y cosas de esa naturaleza. Esa es una prueba más de que el Cotopaxi es el Naufragio del Oso.