Un aproximado de 100 privados de libertad que se encontraban recluidos en los calabozos de la Comandancia General de la Policía del estado Yaracuy se fugaron en horas de la madrugada del pasado sábado 1º de agosto.
Según los datos del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), se trataría de la fuga más grande en lo que va del 2020 en Venezuela, incluso en comparación con cifras del 2018 y 2019.
Extraoficialmente, se conoció que los prófugos realizaron un boquete que los conectó con la red de cloacas y alcantarillado de San Felipe. Los reclusos aparentemente salieron en medio de la oscuridad en diversas zonas de la ciudad, algunos a dos cuadras de la comandancia y otros en un parque ubicado a diez cuadras del lugar, según lo informado en minutas policiales.
Fue en horas de la mañana cuando las autoridades de la comandancia policial se percataron de la situación e inmediatamente iniciaron el conteo.
El equipo de OVP intentó acercarse hasta las instalaciones de Poliyaracuy, ubicada en la avenida Caracas de San Felipe, pero todo estaba tomado por funcionarios de diversos cuerpos de seguridad del estado, quienes no ofrecieron ningún tipo de información sobre los hechos.
Los familiares también se apostaron en las cercanías para intentar acceder a un listado de los prófugos, pero no les prestaron atención. El clima de preocupación fue aún más profundo cuando se conoció que hubo al menos 30 recapturados y que algunos de ellos estaban heridos.
Estos mismos familiares denunciaron al equipo de OVP que temen por la vida de los detenidos, piden que se les respete su integridad y exigen información sobre lo sucedido.