La medida pretende frenar la propagación del covid-19 en el estado, pero en la mayoría de los establecimientos hay flexibilidad
La medida que ordena la compra de alimentos según el terminal de la cédula en el estado Miranda ya suma 15 días desde que se publicó en Gaceta Oficial N° 5.067, pero la misma no se está cumpliendo a cabalidad. El gobernador, Héctor Rodríguez, aseguró que la decisión respondía a la propagación del covid-19. “En los últimos días Miranda ha estado aumentando la cantidad de casos y antes de llegar a una situación exponencial hemos decidido asumir una metodología de compras programadas”, dijo.
Pese a lo dicho por el gobernante de la entidad, de acuerdo con testimonios de habitantes de urbanizaciones del Área Metropolitana de Caracas, la orden se incumple en la mayoría de los locales comerciales.
Maru Redondo, vecina de El Cafetal, en el municipio Baruta, explicó que solo en las grandes cadenas de supermercados se exige la cédula de identidad como requisito para ingresar a los establecimientos. Asegura que ha podido comprar los días que no corresponden al terminal de su documento y hasta en mercados ambulantes. “Los supermercados no están siendo estrictos. No lo percibo así y en muchas zonas están siendo muy flexibles”. Cree que la razón puede ser que muchas familias dependen de la compra diaria de alimentos.
Redondo considera que quizás no se le ha dado importancia a la orden por no ser un decreto presidencial. De cualquier modo, para ella no representa una solución: “Más bien habría que insistir en la concientización de las personas acerca de las medidas de higiene y en la necesidad de quedarse en casa”.
Los testimonios de Edanis Godoy, de Santa Rosa de Lima, y de Albertina Santos, de La California, coinciden con el de Maru e insisten en que la orden no es tomada en serio y en la mayoría de las tiendas y abastos se ignora. Solo en algunos comercios, como Central Madeirense, Plan Suárez o Excelsior Gama, se exige la cédula para poder ingresar a los locales para hacer las compras.
Poca información
Lewis Martínez, residente de Altamira, afirma no saber dónde se cumple la orden y dónde no. El pasado miércoles 5 de agosto fue a un supermercado ubicado en La Castellana y no pudo comprar por no coincidir con el terminal de su cédula. “Un amigo sí tenía el terminal de la cédula de ese día y compró por mí”, destacó.
Dos días después salió de nuevo y esa vez ni siquiera necesitó la cédula. Contó: “Lo que aplicó ese supermercado fue quitar las facturas personalizadas para no tener que colocar la cédula de los clientes”. Además, insistió en que de haber sabido que no necesitaría el documento, no habría salido de casa.
Aunque la gaceta establece que debe hacerse uso de mascarillas y mantener la distancia entre personas y que el incumplimiento de las normas puede acarrear sanciones o multas, Gabriel Santana, líder político y vecinal del municipio Chacao, aseguró que, por lo que cuentan residentes de la zona, no hay fiscalizaciones que obliguen a cumplir la orden a pesar de la militarización de los establecimientos.
María Jesús Vallejo/El Pitazo