Cerca de 60 % de las industrias podrían cerrar sus puertas y un 40 % de los establecimientos comerciales venezolanos podrían bajar sus santamarías este año, si el Ejecutivo no levanta la cuarentena en el sector productivo
Gremios empresariales advierten que, de continuar la situación de parálisis económica impuesta por el gobierno del presidente Nicolás Maduro debido al coronavirus, más de tres millones de venezolanos podrían perder sus fuentes de trabajo como consecuencia del cierre de industrias y comercios, lo que atentaría contra la seguridad alimentaria de un gran porcentaje de la población nacional.
Calculan que cerca de 60 % de las industrias y 40 % de los establecimientos comerciales podrían cerrar sus puertas este mismo año si el gobierno no levanta la cuarentena en el sector productivo ni toma medidas de apoyo que permita la supervivencia de las empresas que aún quedan en Venezuela.
En 2019, el sector industrial reportó el cese de operaciones de unas 400 empresas. Hace dos décadas había más de 13.000 empresas manufactureras en Venezuela. “Esto afecta seriamente el empleo de los venezolanos. Calculamos que más de tres millones de trabajadores, de familias, corren el riesgo de perder sus fuentes de trabajo. Tenemos que salvar estos sitios de trabajo, esta cantidad de oportunidades. El empleo formal genera bienestar, los trabajadores tienen seguridad social y una serie de beneficios que dinamiza la economía”, afirma Adán Celis Michelena, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).
Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), 22 % de la fuerza laboral venezolana trabaja en la empresa privada, mientras que un 45 % lo hace por cuenta propia. La encuesta indica que 43 % de los hogares del país reportan imposibilidad de trabajar o pérdida de ingresos a raíz de la pandemia.
Actualmente, solo 20 % del sector industrial se encuentra operando, que son los sectores priorizados (alimentos, salud y servicios), a pesar de los problemas que significa seguir laborando en el país por el colapso de los servicios electricidad, agua, telecomunicaciones, transporte y la severa escasez de combustible, que desde principios de agosto ha vuelto a sufrir la nación. El otro 80 % restante no ha podido arrancar y se ha visto en aprietos para continuar cumpliendo con sus obligaciones, entre ellas el pago de nómina. “Los empresarios están buscando cómo hacer para seguir manteniendo los ingresos de los venezolanos. Son unos héroes. Todavía de alguna forma logran que los colaboradores sigan teniendo ingresos. Pero, si el gobierno no permite que se reactive la economía, estos venezolanos van a ir a la calle, no tendrán ingresos”, advierte el máximo representante del sector manufacturero.
Algunas empresas se han visto en la necesidad de reducir o congelar los salarios de sus trabajadores debido a los fuertes problemas de flujo de caja que han sufrido, factor que se ha convertido en la principal preocupación del sector empresarial en la cuarentena.
Para poder abrir sus santamarías, algunos comercios han empezado a vender productos alimenticios. “En este momento, los comercios están emigrando a sectores informales o cambiando de ramo. Para el comercio, la mutación es una opción antes de cerrar la santamaría”, indica Felipe Capozzolo, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio). “Los comercios están tratando de vender alimentos, que es lo que tiene en este momento un poco más de demanda, aunque también está cayendo. Se proyecta una baja en la demanda de más de 70 % para este año”.
Desescalada controlada
Ante esta situación que atraviesa el sector productivo, los gremios Conindustria y Consecomercio proponen al país un plan de desescalada controlada que permita una reactivación verdadera de las fuerzas productivas de la nación, siguiendo los más estrictos controles de bioseguridad.
Plantean utilizar el teletrabajo donde sea posible, aplicar políticas que promuevan o incentiven la aplicación de este tipo de esquemas de trabajo, facilitar las contrataciones de forma remota.
Los gremios empresariales proponen aplicar de manera estricta el lavado y desinfección de manos, exigir en todo momento el uso de tapabocas a trabajadores y clientes, desinfección diaria de establecimientos y utensilios de trabajo, tomar la temperatura de trabajadores y personas que ingresen a los locales y sitios de trabajo, exigir cuarentena a los trabajadores en caso de síntomas o sospecha, restringir al máximo el número de personas que pueden ingresar o permanecer en lugares cerrados, mantener suspendidos los eventos, reuniones y cualquier actividad que implique la aglomeración de personas, aplicar horarios diferenciados y turnos rotativos de trabajo y extender horarios de atención al público para evitar aglomeraciones.
También indican que se reportará a las autoridades cualquier foco de contagio y señalan que las autoridades podrán hacer fiscalizaciones aleatorias para verificar el cumplimiento de las medidas de seguridad. Advierten que se impondrán sanciones a las personas que incumplan con los protocolos. “No hay salud si no hay bienestar. Tenemos que entender que no habrá salud si nosotros no garantizamos condiciones de bienestar en el hogar, y eso solo será posible mediante el empleo estable y una producción creciente al servicio de la gente, que haga contrapeso contra situaciones que nos aquejan desde hace mucho tiempo, como la inflación”, sostiene Capozzolo. “Necesitamos más producción, más productos disponibles, y para eso hacen falta más empresas. El fin de la pandemia, lamentablemente, no está cerca. No va a terminar en los próximos días ni en los próximos meses. Tenemos que luchar, tenemos que ganar esta pelea y continuar nuestras vidas en medio de esta situación”.
RECUADRO
Sistema inviable
Felipe Capozzolo, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), sostiene que es inviable seguir con el esquema actual de 7+7 aplicado por el Gobierno Nacional. “Es preciso que vayamos a un esquema de continuidad operativa para poder avanzar. Nosotros proponemos al ejecutivo nacional y a todo el país la posibilidad de que todos los sectores podamos trabajar, de que todos los sectores se incorporen, sin mayores restricciones, sin mayores interrupciones, que podamos producir. Que se le permita a cada empresa proteger a su personal, con esquemas de rotación, manteniendo las empresas abiertas”.
Carlos Seijas Meneses/Tal Cual