El presidente bielorruso aseguró ante los trabajadores que solo se celebrarían nuevas elecciones como pide la oposición por encima de su cadáver
MINSK. Ante las crecientes protestas que suponen el mayor desafío en los 26 años que lleva en la presidencia, el líder bielorruso Alexander Lukashenko dijo este lunes 17-A que estaría dispuesto a compartir el poder y a cambiar la Constitución, pero que no lo haría bajo presión de la calle, informa la agencia de noticias inglesa Reuters.
Esta aparente concesión llega después de que Sviatlana Tsikhanouskaya, política de la oposición, dijera desde su exilio en Lituania que estaba dispuesta a dirigir el país.
En medio de las cada vez más acuciantes demandas de que ceda el poder, Lukashenko fue abucheado por los trabajadores de una fábrica de automóviles que visitó en Minsk este lunes, que le gritaban “dimisión” mientras intentaba responder a sus preguntas.
Lukashenko dijo que ya se estaba trabajando en posibles cambios en la carta magna del país que podrían redistribuir el poder, pero que no lo haría bajo la presión de los manifestantes, informó la agencia de noticias Belta.
Reuters destaca que la oposición asegura que el líder bielorruso amañó las elecciones presidenciales del 9 de agosto para asegurarse un sexto mandato en el poder. Este lo rechaza y se remite a los resultados oficiales, que le dieron una aplastante victoria con más del 80 % de los votos.