Este Bayern de Múnich es una máquina que deja tierra quemada por donde pasa. La última víctima del equipo de killers bávaros fue un Lyon saliente del subidón de tumbar a la Juve de Cristiano y al City de Pep. Partía con las esperanzas de volver a dar la campanada contra un grande, pero esta vez sí se topó con un hueso demasiado duro de roer.
Los teutones no tardaron ni un minuto en castigar la falta de puntería del Lyons tras fallos de Depay y Toko Ekambi. Hasta que llegó la obra de arte de Gnabry con un zurdazo inatajable para López, ese fue el principio del final para el Lyon. Era inevitable lo que se veía venir, Especialmente Gnabry quien andaba desatado, marcó su segundo gol tras una serie de rechazos dentro del área el Alemán solo la tocó para anotar el 2do gol de la tarde noche y más tranquilidad para los bávaros.
Habría podido haber más fiesta, pero Müller y Lewandowski no estuvieron igual de finos que el pasado viernes. Pero finalizando el partido el polaco Lewandowski hizo el tercero y llevó el buque a tierra firme. Un buque que navega rumbo al triplete.