Los recientes combates han puesto en alerta a Rusia, Turquía e Irán, pues los intereses geopolíticos en juego son muy importantes. El Cáucaso meridional es una ruta de acceso de hidrocarburos provenientes de Asia por el Mar Caspio con rumbo a Turquía sin atravesar Irán y Rusia
El Cáucaso ha vuelto a tener resonancia internacional en las últimas semanas, a raíz de nuevos enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán por la interminable disputa del Alto Karabah. El Cáucaso no se ha caracterizado precisamente por ser una región de paz y estabilidad y muchos menos después del fin de la Unión Soviética, cuando explotaron los conflictos de Abjasia y Osetia del Sur que provocaron una guerra entre Rusia y Georgia en el 2008 y dieron lugar a intermitentes combates entre dos antiguos estados soviéticos.
Se trata de una región situada entre Europa del Este y Asia Occidental, entre el Mar Negro y el Mar Caspio. En el Cáucaso Sur están situados Georgia, Armenia y Azerbaiyán, y en el Cáucaso Norte una parte de Rusia integrada por siete repúblicas autónomas entre ellas Chechenia
El Alto Karabaj se convirtió en objeto de controversia entre Armenia y Azerbaiyán hacia 1918, cuando se independizaron del Imperio Ruso. La Unión Soviética estableció el control sobre la zona y en 1923 creó la región autónoma del Alto Karabaj como parte de la Republica Socialista Soviética de Azerbaiyán, pese a que su población era mayoritariamente de origen armenia. En las postrimerías de la Unión Soviética se intensificó la disputa culminado en una confrontación bélica que se libró entre 1991 y 1994. En 1991, Karabaj se autoproclamó como república independiente con el respaldo total de Armenia, que se apoderó de otros distritos azeríes. El alto al fuego de 1994 congeló el conflicto, pero no lo solucionó y estallarían nuevos enfrentamientos pese a los esfuerzos del Grupo de Minsk liderado por Francia, Rusia y Estados Unidos.
Los recientes combates han puesto en alerta a Rusia, Turquía e Irán, pues los intereses geopolíticos en juego son muy importantes. El Cáucaso meridional es una ruta de acceso de hidrocarburos provenientes de Asia por el Mar Caspio con rumbo a Turquía sin atravesar Irán y Rusia. El oleoducto Bakú-Tiflis. Ceyhan es el segundo más largo del mundo, al cual se añaden el Bakú-Supsa como nexo entre el Mar Caspio y el Negro y el gasoducto Bakú-Tiflis-Erzurum. Estas tuberías son cruciales para el abastecimiento de Europa al disminuir su dependencia de Rusia en materia energética.
El papel de Rusia es preponderante y pese a compartir afinidades étnicas, religiosas, con Armenia cultiva relaciones comerciales con Azerbaiyán. Hace sus negocios con Bakú, vende armas a las dos partes, da su apoyo militar a Armenia y trata de mediar en el conflicto.
Irán utiliza el chiísmo como herramienta de poder blando con el islámico Azerbaiyán. Se las arregla con Armenia para ingresar sus productos a la Unión Económica Euroasiática, lo que también ayuda a Ereván a sortear el bloqueo económico de Bakú y Ankara. Turquía, que postula reiteradamente su apoyo incondicional a Azerbaiyán, no tiene relaciones diplomáticas con Armenia; el genocidio armenio está siempre presente.
En 2017, la República del Alto Karabaj pasó a llamarse República de Artsaj. Armenia se ha abstenido de reconocerla como país independiente para no sufrir mayores represalias o no entorpecer las negociaciones por el territorio. Tras cinco días de escaramuzas a mediados de julio se atraviesa por una tensa calma. La incertidumbre prevalece y las negociaciones parecen estancadas.
Mientras tanto, etnias en pugna, recursos diversos, rutas de acceso transcontinentales y los intereses de las potencias regionales hacen del Cáucaso una zona cada vez más importante y sensible en términos geopolíticos.
RECUADRO
Tumulto en Bielorrusia
Para nadie fue una sorpresa que Alexander Lukashenko ganara las recientes elecciones presidenciales efectuadas en Bielorrusia. Lo que sí es sorpresivo es el caudal de enormes protestas que se desató en todo el país por unos comicios considerados fraudulentos en detrimento de la candidata opositora Svetlana Tikhanovskaya que habría obtenido el 10.12 % de los votos contra el 80.1 % del mandatario con más tiempo en el poder en Europa. La opositora se refugió en Lituania exhortando a la población a manifestar en forma pacífica y exigir la partida de Lukashenko. Las protestas reflejan el hastío ante un régimen autoritario que recomendó a sus ciudadanos “beber vodka y usar saunas” durante la crisis del coronavirus. La UE se niega a reconocer los resultados y acordó imponer sanciones a miembros del régimen sin descartar una mediación. Ante la ofensiva diplomática occidental, Lukashenko movilizó al ejército e hizo que la Fiscalía lanzara una investigación contra los líderes opositores que buscan “un diálogo para una transición pacífica del poder”. Más aún, recurrió a la ayuda de Putin, su principal aliado, quien tendrá que actuar de un modo u otro en este nuevo foco de perturbación europeo. Mientras tanto, los acontecimientos se suceden en una dinámica con perspectivas inquietantes.
Horacio Arteaga