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El diputado José Gregorio Correa cuestionó los llamados a invadir Venezuela, argumentando que quienes invocan, buscan o implora la invasión y la violencia, lo hacen “porque no entienden qué es el diálogo”.
Sostiene el parlamentario que “cuando piden que les invadan la tierra natal con fuerzas no nativas, es porque abandonarán la vía del entendimiento y la vía electoral; cuando piden invasión de su hogar es porque no quieren paz interna”.
Señala en este aspecto que “la invasión pedida desde afuera a la tierra natal es difícil calificarla”, al tiempo que lamenta que se pida “que la sangre se derrame para verla desde tierras foráneas y ajenas a la familia”.
En este aspecto, advierte Correa, “no le encuentro la valentía desde la lejanía, cuando piden la invasión por pensar distinto desde el otro lado de la frontera. Nunca la piden que comience por las casas de familiares y amigos”.
“Cuando piden la invasión no los oigo decir que estarán en la puerta de su casa como apoyo o retaguardia logística esperándolos”, agrega.
En lo que respecta al trabajo desde la Asamblea Nacional, José Gregorio Correa dijo que “la distancia ahumada, bien condimentada, sazonada con humedad estimulante en horario de expendio de ideas, es el principal aliciente para desconocer el diálogo parlamentario”.
Construir sin agredir
Agregó que “no les gusta ahora el Parlamento”, pero “me decía un amigo preocupado por lo antes relatado que seguro tienen esa conducta por desconocimiento de técnica legislativa, o por su afición al derrame de glóbulos rojos y blancos con plaquetas”.
“Si deciden rectificar de aquí al día de las elecciones y dedicarse a construir un paquete de leyes que ayuden a construir y no a destruir (ya con el gobierno basta, seguro no requiere ayuda), les comento algunas ideas para tener un mejor país desde el punto de vista legislativo y parlamentario”, dijo.
Tras reiterar que “la violencia no puede tener cabida en un país que clama paz y entendimiento”, insistió en la necesidad de “construir y avanzar sin agresiones”, al tiempo que se refirió a los períodos y recesos parlamentarios.
“La Asamblea Nacional tiene dos períodos de sesiones ordinarias al año. El primero comienza el 5 de enero o el día posterior más inmediato, y termina el 15 de agosto. El segundo comienza el 15 de septiembre o el día posterior más inmediato, y termina el 15 de diciembre. Mientras duran los recesos, una Comisión Delegada se encarga de las responsabilidades de la Asamblea”, detalló.
Recordó además que “para la aprobación de las distintas leyes se requieren distintos tipos de mayoría” y que es la plataforma parlamentaria la que decide la aprobación de la Ley Habilitante al Presidente de la República, la emisión o no de voto de censura contra el Vicepresidente o los ministros.
El alcance de la Asamblea Nacional
También es su responsabilidad el convocar a una Asamblea Constituyente o la reforma a la Constitución, aprobar las Leyes Orgánicas, nombrar y remover a los magistrados del TSJ, miembros del Poder Ciudadano, los Rectores del CNE y someter a referendo aprobatorio las leyes.
Correa reiteró además que “una ley es el acto sancionado por la Asamblea Nacional como cuerpo legislador, y que las leyes que reúnan sistemáticamente las normas relativas a determinada materia se podrán denominar códigos”.
“Se comenta y se habla con imprecisión en lo relativo a la denominación, a las leyes orgánicas, que son las que así denomina la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, son las que se dictan para organizar los poderes públicos o para desarrollar los derechos constitucionales y las que sirvan de marco normativo a otras leyes”, indica.
“Todo proyecto de ley orgánica, salvo aquel que la Carta Magna así lo califique, será previamente admitido por la Asamblea Nacional” y tienen injerencia en la modificación de las leyes orgánicas.
Mientras que las leyes que la AN “haya calificado de orgánicas serán remitidas, antes de su promulgación, a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que se pronuncie acerca de la constitucionalidad de su carácter orgánico. Si la Sala Constitucional declara que no es orgánica, la ley perderá este carácter”, aclara.
Por esto, insiste Correa, “es mejor una ley con defectos, que una invasión perfecta”.