La petición fue firmada por las más importantes organizaciones defensoras de los derechos humanos en Venezuela. “Cortar el acceso al diésel en el país podría empeorar las ya muy precarias condiciones de vida de millones de venezolanos que dependen de esta cadena de suministro”
Diversas organizaciones defensoras de derechos humanos firmaron una carta pública dirigida al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en la cual solicitan otorgar excepciones a las sanciones petroleras y advierten sobre las consecuencias de una posible restricción al intercambio de diésel para Venezuela.
“En Venezuela, el diésel es el principal combustible para la generación de electricidad y para el transporte de carga de bienes básicos, que incluyen alimentos, medicinas y suministros humanitarios. Cortar el acceso al diésel en el país podría empeorar las ya muy precarias condiciones de vida de millones de venezolanos que dependen de esta cadena de suministro”, indican las organizaciones.
La petición es firmada por Acción Solidaria, Alerta Venezuela, Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-Ucab), Laboratorio de Paz, Monitor Social, Dale Letra, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), Reunificados ORG y el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea).
Afirman que los esfuerzos explícitos del gobierno de Estados Unidos para limitar la entrada de combustible al país “agravan el sufrimiento del pueblo de Venezuela”, mientras que parecieran no afectar a las élites políticas y militares y “paradójicamente” ayudan a mejorar la imagen de Nicolás Maduro, a la vez que disminuyen el apoyo a la oposición democrática.
“Los venezolanos sufren las consecuencias de la caída de la producción de petróleo, así como la escasez de combustible, alimentos y medicinas en Venezuela generada por años de corrupción y mala gestión del régimen de Maduro, quien ha liderado un desastre económico, sin precedentes, incluyendo un colapso en la industria petrolera, que ha mermado la capacidad de refinación de combustibles que en el pasado abastecían el mercado interno”, resaltan.
Dificultad de traslado
Destacan que gran parte de la población depende del transporte público para sus traslados, al igual que el transporte de carga pesada o de animales vivos depende del diésel para movilizar insumos hasta las localidades. “De no haber diésel podría producirse una paralización del transporte de carga, afectando el traslado de insumos indispensables para la supervivencia de millones de familias venezolanas”, añaden.
Igualmente resaltan que casi todas las plantas eléctricas de las clínicas privadas y hospitales públicos usan diésel. Por ello, no tener diésel podría afectar el funcionamiento de los centros de salud en medio de la pandemia de covid-19. Además aseguran que muchas de las fuentes térmicas que generan energía también dependen del diésel.