Mantenerse honrado en estas circunstancias políticas es un deber moral, no dejarse comprar es tan honorable como aquel que se alza en el combate con la disposición de llegar hasta el final, ideas contra dólares es la consigna, la política mal vista por los mercenarios se convierte en la caja chica de un régimen que compra, chantajea y se burla de aquellos débiles que no avanzan con la moral, sino que retroceden con la vergüenza, Maduro neutralizo tarjetas electorales y se acomodó una falacia «opositira» que bañada en dádivas y migajas se lanza al ruedo electoral dándole la espalda al pueblo. En política se puede ser una eminencia y un simple desliz o guabineo te hacen un traidor, el papel de ser dirigente equivale a dar el ejemplo; en estos tiempos hace falta la conciencia ideológica y los partidos deberán ver a sus militantes como compañeros y no como empleados, es desde allí que comienza la ética.
¿Será cierto eso de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece? Yo creo que no, Venezuela les quedo grande; el régimen usurpador de Nicolás Maduro ha sido un ente que corrompe las bases de la sociedad a todos los niveles, el retroceso moral y ético hace tanto daño como el militarismo y el caudillismo absurdo en plena época de cambios y avances humanos. La corrupción cubre todas las esferas y la sinvergüenzura se consigue en toda la estructura burocrática del régimen. ¿Cuanto hay pa’ eso? ¿Cuanto me queda a mí? ¿Sálvame con algo? Son palabras que me causan cólera cuando un funcionario público las dice por hacer su «trabajo» y más triste resulta cuando algún uniformado en una alcabala o en algún operativo o en la custodia de una bomba, la matraca y el fresco son casi que el día a día, pero no podemos ver esto como cotidiano y de ser así habremos perdido la patria.
La corrupción es un germen que destruye la integridad humana y derrumba las instituciones, estas tragedias heredadas con la viveza criolla debe morir, y solo se aniquila tal desmán con la integridad, no solo del funfionario, sino de la víctima que debe negarse encarecidamente a contribuir en la maraña perversa de la corrupción. Cuando el funcionario civil o militar comprenda que es un servidor público, que esta allí para servir, que no esta por encima de nadie y que no se le deben favores por «hacer su trabajo» las cosas cambiarán.
Pero los buenos somos mas, cuando un docente sale a educar por un mísero sueldo esta dando una lección, un médico, una enfermera, un obrero y una madre que tiene 3 empleo para darle de comer a sus carajitos, ahí está el Venezolano decente que tanto admiro, acá tambien hay militares buenos, hombres de uniforme que juraron defender con valor la patria, militares dignos que están en «Ramo Verde» presos por soñar con libertad y como olvidar a Oscar Pérez que gravo su asesinato dandonos un golpe a la conciencia, como olvidar a los muchachos que fallecieron en las calles por su idea. Por ellos debemos levantar sus banderas y escribir de nuevo la historia con la rebelión del pueblo, es que No viola la ley aquel que salva a su patria los dignos somos más.
Fabricio Briceño
Bandera Roja – Miranda