La imagen de la abogada Antonia Turbay al salir de la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) dio la vuelta al mundo. Acusada inicialmente por presuntamente colaborar en la fuga del comisario Iván Simonovis, tenía boleta de excarcelación desde el pasado mes de junio, pero ningún organismo se atrevió a ejecutarla ni a solicitar su ejecución
Primero fue octubre, después noviembre, enero, marzo y mayo. Antonia Turbay se resignó a esperar su libertad hasta que se dio la noche del pasado lunes 31 de agosto.
La abogada fue detenida el 26 de junio de 2019 tras la fuga del comisario Iván Simonovis. Aunque la intentaron señalar de cómplice, la Fiscalía jamás presentó contra ella un acto conclusivo y pero fue mantenida en custodia aunque tenía boleta de excarcelación desde el 26 de julio de 2019. Estuvo presa un año y cinco días en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
“Me han alejado de mi familia. Mi hija vive en Bogotá. No se fue por apátrida sino porque la secuestraron una noche y dijo que no quería vivir aquí. Yo preferí que ella se fuese al exterior y tenerla lejos y viva, y no en Venezuela y muerta”, dijo visiblemente conmovida tras su liberación.
“Si eres culpable uno cumple su condena, a lo mejor con orgullo. Pero estuve presa injustamente por algo con lo que yo no tuve nada que ver, porque ni siquiera soy amiga de Simonovis. Es mi vecino, y lo aprecio. Cuando estuvo preso, yo sentí mucha compasión por sus hijos que no tenían a su papá, pero no tuve nada que ver”, explicó en declaraciones a medios de comunicación tras salir en libertad.
El proceso de Turbay estuvo lleno de irregularidades. Tras su detención el 26 de junio, la mantuvieron incomunicada por cuatro días, sin que sus allegados supieran dónde se encontraba. Es decir, vivió lo que pudiera denominarse una desaparición forzada, hasta que cuatro días después la presentaron en tribunales.
La sacaron de su vivienda en la Alta Florida, Caracas, en una camioneta del Sebin. Cuando finalmente la llevaron al juzgado, el tribunal decidió mantenerla privada de libertad hasta obtener una fianza. Sin familia en el país y con el apoyo de sus vecinos, Turbay esperó desde el 26 de julio de 2019 para que la liberaran.
Sin acto conclusivo
“Yo tengo una boleta de excarcelación. El verdadero perdón político es para el que tiene una causa abierta y no yo que tengo una boleta de excarcelación. Nunca presentaron un acto conclusivo de la Fiscalía porque no había medios ni pruebas que comprobaran mi delito. Estuve un año sin audiencia preliminar, porque tenía boleta de excarcelación. Estaba metida en un lugar y no tenía derecho de ir al tribunal porque nadie me acusó después”, denunció la abogada.
A los medios de comunicación contó que sus vecinos siempre le dieron apoyo mientras estuvo detenida. “Quienes han cuidado de mí han sido mis vecinos, que realmente se han comportado muy bien. Mi mamá y mi papá murieron. La única familia que tengo es mi única hija. Mi otra familia vive en España, porque nací en Madrid. Mi familia paterna vive en Colombia”, relató.
Turbay aseguró que se enteró de su liberación al verlo en televisión. Después de resignarse y de escuchar que estaba en listas durante un año, decidió quedarse tranquila. “He esperado tanto. Me habían dicho que estaba en una lista para salir en octubre, después en noviembre, después en enero, marzo y después en mayo. Total, yo me resigné que el día que tenía que salir iba a salir y ya, así que me agarró resignada”.
Violación de DD.HH.
La oenegé Foro Penal usó el caso de la detención de la abogada Antonia Turbay como un ejemplo de las violaciones a los derechos humanos que a diario se cometen en Venezuela. “Debo referirme a la actualización del informe reciente de la Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el que ella sigue insistiendo en la existencia de presos políticos, y lo lamentable es que sigue insistiendo en que no se le permite la visita a los centros de reclusión en los que la mayoría de los presos políticos han denunciado torturas. Antonia Turbay es una de ellas. No ha sido visitada por la ONU y tiene dos boletas de excarcelación que no han sido acatadas por el Sebin”, denunció Alfredo Romero, presidente de la ONG, en marzo de este año.
RECUADRO
Desaparecido Raúl Baduel
Andreina Baduel, hija del preso político Raúl Baduel, afirmó este martes 1º de septiembre en una entrevista de radio concedida al Circuito Onda que la última vez que vio a su padre fue el 9 de febrero de este año.
Baduel denunció que “durante el último año, Raúl ha sido víctima de dos desapariciones forzadas. La última vez que vimos a mi padre fue el 9 de febrero de este año. Desde ahí no ha tenido más contacto con nosotros, ni con sus abogados”, denunció. “Han sido 11 años de incertidumbre, de preocupación. Todos estos años nos han robado momentos familiares. El único delito de Raúl Isaías Baduel ha sido ser persistente y fiel a sus convicciones”, agregó.
La hija del general recordó que dos de sus hermanos también están privados de libertad. “Esto con el fin de quebrar sentimentalmente a mi papá”.
“La última información que tenemos es que Raúl Baduel está en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de Plaza Venezuela, llamada ‘La Tumba’”, precisó. “Mi padre sigue privado de libertad, porque no van a lograr que él se preste a extender el sufrimiento de todos los venezolanos”.