Los afectados señalan que no obtienen respuesta de la Dra. Emilena Romero del IVSS, directora nacional de nefrología. Piden a los alcaldes de Plaza y Zamora, y al gobernador de Miranda que se aboquen a la reparación de las máquinas de hemodiálisis
Con solo dos máquinas para el tratamiento de hemodiálisis cuentan los 40 pacientes renales de la Unidad de Diálisis de Guatire, ubicada en la clínica San Martín de Porres, en el municipio Zamora del estado Miranda.
La disminución en el número de equipos disponibles se debe a que cuatro de las seis máquinas amanecieron dañadas este jueves 3 de septiembre, lo que reduce la capacidad de atención para los 40 pacientes renales que dependen de este tratamiento para vivir.
Aunque está ubicada en las instalaciones de una clínica privada, esta unidad de diálisis es dependencia del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), por lo que los afectados hacen el llamado a la Dra. Emilena Romero, directora nacional de nefrología, para que atienda el llamado de reparación urgente de las máquinas.
«Esto nos tomó por sorpresa esta mañana. El año pasado luchamos para que nos fuesen reparadas las máquinas y ya comenzaron a dañarse otra vez. Pedimos la colaboración del Seguro Social de manera urgente porque nuestras vidas están en peligro», refirió Leonor Villegas, vocera de los pacientes renales de Guatire.
Hasta el momento, los pacientes de esta unidad de diálisis se mantienen a la espera de una respuesta oficial del IVSS, sobre un plan que permita que les sea garantizado el tratamiento a toda la población que recibe atención en el lugar, mientras se reparan las máquinas.
Llamado a alcaldes y para gobernador
Los afectados también piden a los alcaldes de Plaza y Zamora, Luis Figueroa y Hugo Martínez, respectivamente, así como al gobernador de Miranda Héctor Rodríguez, para que gestionen las reparaciones de los equipos dañados.
En agosto del año pasado, los pacientes renales de la Unidad de Diálisis de Guatire protagonizaron una protesta en la que mantuvieron cerrada la Avenida Intercomunal Guarenas-Guatire, a la altura del semáforo de Makro y Farmatodo, para exigir la reparación de dos máquinas que estaban dañadas, debido a que en ese momento estaban funcionando cuatro y no se daban a basto para atender a todos los pacientes.
Aquella protesta de connotación nacional mantuvo cerrado el paso entre la capital y el oriente del país durante dos horas y logró atención en tiempo récord de los requerimientos de los afectados.
Lidk Rodelo