Los afectados se reunieron en asambleas el fin de semana pasado y plantearon la posibilidad a las autoridades locales. El mayor obstáculo para el petitorio está en el decreto regional que prohíbe bañarse en playas mientras dure la pandemia de covid-19
Tras reunirse el pasado fin de semana en distintas asambleas en las poblaciones de Naiguatá y Catia La Mar, respectivamente, más de un centenar de trabajadores playeros solicitaron a las autoridades del litoral central la posibilidad de laborar en las semanas de flexibilización, dado que el confinamiento por el covid-19 ha afectado el sustento de sus familias.
A pesar de los riesgos de contagio, proponen trabajar bajo las medidas de bioseguridad recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre ellas el uso de mascarillas, guantes y respetando el distanciamiento físico con los clientes.
“Tiene que haber alguna manera de que trabajemos en las semanas de flexibilización. No aguantamos más no tener ingresos para la comida de nuestros hijos”, expresó Matilde López, que hasta marzo de este año vendía tostones y cócteles de mariscos en las playas del Paseo de Macuto.
En estos meses de soledad en las playas, muchos han gastado sus ahorros en bolívares y divisas. No pocos han recurrido también a continuos préstamos familiares para sobrevivir.
“Ya no sabemos qué hacer. El gobernador debe ayudarnos con esta petición, nos vamos a morir de hambre”, dijo Luis Gamargo, que desde hace más de 20 años atiende con sillas y toldos a los visitantes de playa Pantaleta, en Camurí Grande, al este de la entidad federal.
Por su parte, Pedro Hinojosa indicó que confía en que para la venidera semana flexible, dicho decreto facilite la venta al público de sus platillos de pescado frito y tostones en las arenas de playa Escondida, en Tanaguarena. “Ellos tienen que ponerse la mano en el corazón, nosotros también somos pueblo”, agregó.
No obstante, las aspiraciones de estos trabajadores tienen como obstáculo el decreto regional número 043-2020, el cual establece la prohibición de bañarse en playas y balnearios, además de abstenerse de asistir a espacios recreativos durante el tiempo de la pandemia.
Una comisión de funcionarios de la Gobernación de La Guaira y la Alcaldía del municipio Vargas recibió las demandas de los trabajadores y prometió dar respuesta en coordinación con el Ministerio de Turismo.
Cabe destacar que las playas de La Guaira han estado cerradas desde que se iniciaron las medidas para evitar el contagio del covid-19, al punto que se le han impuesto multas a las personas que han violado esa prohibición.
RECUADRO
Delivery
Durante la recién concluida semana de flexibilización vigilada se observó la apertura de algunos negocios de comida en el balneario de Camurí Chico, en las playas Los Corales y Carrilito, en Caraballeda, así como en las playas Q-lito, Verde y Marina Grande, en Catia La Mar.
Los propietarios y encargados de estos establecimientos ofrecieron el servicio gastronómico de entrega a domicilio (delivery) y a los pocos transeúntes, mientras que las brigadas motorizadas de las policías regional y municipal chequeaban el cumplimiento de los horarios limitados de expendio.
Paralelamente, más de 200 personas fueron desalojadas de diferentes ensenadas marinas durante este fin de semana. En las comisarías policiales recibieron orientación, mediante charlas preventivas del covid-19.
Rafael Lastra Veracierto / Crónica.Uno