El primero de los tres debates presidenciales se celebrará en Cleveland, en el estado clave de Ohio
CLEVELAND. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden, se verán este martes 29 de septiembre las caras por primera vez en la campaña, durante un debate al que ambos llegan bajo presión y que se espera que sea “beligerante”, lleno de duros ataques que podrían entrar en el terreno personal.
El primero de los tres debates presidenciales que están previstos antes de las elecciones del 3 de noviembre se celebrará este martes en Cleveland, en el estado clave de Ohio, y durará 90 minutos sin pausas publicitarias, informó la agencia española de noticias Efe.
Habrá seis temas sobre la mesa: el historial político de ambos candidatos; el Tribunal Supremo y la nominación de Trump de una nueva juez para esa corte; la pandemia del covid-19; la economía; el racismo y la violencia ciudadana; y la integridad de las elecciones, según ha desvelado el moderador, el periodista Chris Wallace.
Al borde del barro
Efe reseña que cada asunto se debatirá durante quince minutos, y el moderador tendrá el reto de evitar que la discusión se salga de los temas previstos y que los ataques se vuelvan demasiado feos o personales, dado que tanto Trump como Biden son propensos a lanzarse al barro cuando alguien les desafía.
“Espero no morder el anzuelo y meterme en una pelea con este tipo. Va a ser difícil, porque creo que va a estar gritando”, afirmó Biden durante un acto virtual este mes.
Todos los observadores consultados por EFE esperan un debate «beligerante», en palabras de Alan Schroeder, profesor emérito de la Universidad Northeastern y experto en debates televisados.
“A los dos candidatos les cuesta contener sus emociones, y creo que las cosas se pondrán feas, especialmente en el caso de Trump, cuyo estilo se basa en insultos y burlas de patio de colegio. El reto para Biden será parar esos abusos sin perder los estribos”, resumió Schroeder.
Las semanas previas al debate han sentado el tono para la cita: Trump ha acusado a Biden de drogarse para mejorar su actuación y ha pedido sin éxito que se les someta a ambos a test antinarcóticos antes del encuentro; mientras que el candidato demócrata se ha mofado del presidente por su lentitud al bajar de una rampa en junio.
La animadversión entre ambos es tal que Biden ha llegado a referirse a un posible debate en términos literalmente pugilísticos: “Me preguntaron si yo debatiría con este caballero, y respondí: ‘Si estuviéramos en el instituto, le llevaría detrás del gimnasio y le daría la paliza de su vida’”, dijo en tono de broma en 2018.