Brasil rindió homenaje a Nuestra Señora Aparecida, patrona nacional, el pasado lunes, aunque sin las masivas peregrinaciones de otros años debido a las restricciones impuestas por la pandemia del nuevo coronavirus.
Muchos peregrinos se desplazaron en romería hasta el santuario Nacional de Nossa Senhora Aparecida, en la ciudad de Aparecida do Norte, a 170 kilómetros de Sao Paulo, pero el número fue notablemente inferior al de años anteriores, cuando se congregaron más de 170.000 fieles.
Ello porque las excursiones organizadas desde diversas partes del país fueron canceladas por las limitaciones establecidas por la crisis sanitaria del covid-19.
La mayoría de las celebraciones previstas por el Día de Nuestra Señora de Aparecida fue cerrada para los fieles, mientras que la misa en honor a la virgen, celebrada por el arzobispo Orlando Brandes, tan solo contó con unos 1.000 devotos, un público similar al de hace medio siglo.