De la mano de Clayton Kershaw y una poderosa ofensiva, los Dodgers derrotaron 8-3 a los Rays y se llevaron el Juego 1 de la Serie Mundial, celebrado en el Globe Life Field, en Arlington, Texas.
La victoria de Los Ángeles incluyó la participación del pitcher nayarita, Víctor González, quien se convirtió en el decimoséptimo mexicano en disputar la máxima instancia del beisbol de las Grandes Ligas.
Esta vez, el ambiente mutaba: sede neutral y sólo 10 mil aficionados en el parque; sin embargo, la tensión entre el mejor sembrado de cada sector no fue distinta a la de cada otoño.
Los antecedentes –en Playoffs- de Kershaw presentaban un escenario incierto para los californianos, pero la ilusión de Tampa no se materializó; el zurdo tuvo una brillante apertura y logró su tercer triunfo en la actual postemporada.
Fueron tres entradas de un intenso duelo de pitcheo, hasta que, en la cuarta baja, Tyler Glasnow lanzó una recta de 98 millas por hora que Cody Bellinger mandó de paseo; cuadrangular de dos carreras para el jardinero central.
En el quinto inning, Kevin Kiermaier acercó a Tampa Bay con un palo de cuatro esquinas en solitario que rompió la racha de Kershaw, quien había retirado 13 bateadores en fila y alcanzado los 200 ponches en Playoffs, cinco menos que el líder histórico: Justin Verlander.
Con una rola remolcadora, Max Muncy encabezó un rally de cuatro carreras en la parte baja, decretando así el cambio de pitcher, aunque el relevo de Ryan Yarbrough no fue mejor: se llevó dos de esas cuatro.
En la sexta baja, los Dodgers agregaron otro par de rayitas, con un cuadrangular de Mookie Betts y un doble productor de Muncy, que aumentó a siete la brecha en la pizarra.
Ésta, no obstante, se redujo cuando González relevó en la fatídica. En .2 entradas, el lanzador tricolor permitió dos carreras, pero, cuando el rally se asomaba, colgó un espectacular doble play que cerró el episodio y su presentación en Serie Mundial.