El papa Francisco lamentó hoy el atentado y posterior asesinato de tres personas en una iglesia católica de Niza, en el sur de Francia, y además pidió «el cese de la violencia».
Por otra parte, también destacó que «ansía ver a la sociedad como hermanos y hermanas y no como enemigos».
«Es un momento de dolor, en un tiempo de confusión. El terrorismo y la violencia no pueden ser aceptados. El ataque de hoy sembró muerte en un lugar de amor y consolación como la casa del Señor», dijo en un comunicado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El papa ha sido informado de estos hechos, está de luto por la comunidad católica y reza por las víctimas y sus seres queridos.
El pontífice, dijo su portavoz, ora también para que la sociedad «vuelva a mirarse como hermanos y hermanas y no como enemigos, para que el amado pueblo francés pueda reaccionar unido contra el mal con el bien».