En una encuesta realizada por el diario La Voz a ocho personas sobre la situación de inseguridad que afecta al país, la mayoría convino que las sensaciones de temor y alarma radicalizan al usar el servicio de transporte público
Los caraqueños aumentan su temor a la delincuencia cuando hacen uso del transporte público, sobretodo las camioneticas. Así se pudo constatar en una consulta realizada por el diario La Voz a ocho personas, en diferentes zonas de las ciudad, en relación a la inseguridad que actualmente se vive en el país.
Y es que, las noticias que corren “de boca en boca” sobre los constantes asaltos que se comenten dentro de las unidades, hace que la mayoría las utilice con miedo, creando una especie de alarma colectiva que mantiene a los usuarios atentos ante cualquier eventualidad y previamente resignados por un posible ataque del hampa.
Muchos tratan de evitar hacer uso de este “mal necesario” al sustituirlos por medios alternativos tales como el Metro de Caracas, donde igualmente la alarma no cesa pero “sí disminuye significativamente”. Sin embargo, esta es una opción de la que muchos no puede disfrutar, pues no todos los destinos están cercanos a alguna estación del subterráneo.
Por ello, los ciudadanos comentaron que han adoptado medidas de seguridad improvisadas para evitar convertirse en víctimas, como no usar de teléfonos móviles y reproductores de música de alta tecnología, así como dejar en casa y para ocasiones especiales las de prendas de alto valor.
Factores de miedo
Yusmari Pernia, quien labora como conserje en un residencias ubicadas en Altamira, manifestó que muchos son los factores que la hacen temer a la hora de agarrar un autobús; el primero de ellos es el encierro: “si uno esta caminando por la calle y ve algo sospechoso puedes correr, resguardarte en un lugar; uno se las ingenia… Pero si estas encerrado en una camioneta, ¿para dónde agarras?”, se cuestionó.
De la misma forma, resaltó que ese es un elemento que no escapa de los ojos de los delictivos. “Es como ponerle un grupo de corderitos incautos en bandeja de plata desde donde no pueden salir; por eso es que las atracan tanto”, comentó.
En segundo lugar, puso a los “inescrupuloso” que suelen ser los choferes al permitir el ingreso de vendedores y pedigüeños; razón con la que coincidió con Orlando Acacias, docente que reside en Catia, quien relató que en más de una vez ha entregado “una colaboración” por temor a las posibles consecuencias que podría sufrir si deja de hacerlo.
“A veces se montan unos tipos a pedir porque salieron de la cárcel y no tienen como llegar a su casa, él que le metieron el tiro y necesita medicinas o aquel que le mataron al compañero… Y la forma de pedir es tan temeraria que uno, si no tiene dinero, prefiere pedirle prestado al desconocido que tiene al lado antes de averiguar que pasa si no les das plata. Es una situación grave”, expresó.
Estas respuestas, apenas forman parte de un pequeño porcentaje de las opiniones de los ciudadanos, pues en un estudio realizado en el Distrito Metropolitanos de Caracas el pasado julio por el Instituto Delphos de Estadísticas, al menos 70% de los encuestados (1.140 personas) respondieron que su temor a la delincuencia se radicaliza cuando viajan en un colectivo.
“Lugares de miedo”
En cuento a las zonas donde los ciudadanos se sienten más inseguros, destacaron entre las respuestas Petare, del municipio Sucre, y el Centro de la capital que le corresponde al municipio Libertador, pues la mayoría aseguró que el caos vehicular y de las aceras repletas de buhoneros “crean un escenario perfecto” para el accionar del hampa.
Asimismo, afirmaron que a pesar que cualquier hora del día “los choros están activos”, en es la noche que prefieren resguardarse y no someterse a la incertidumbre de la que genera la oscuridad.
“Yo a las 6:00 de la noche ya estoy guardado en mi casa y no salgo ni a la esquina; es preferible salvarse por lo sano o que arriesgarse a una ‘muerte anunciada’. Quien sale en la noche por las calles caraqueñas sabe que lo hace bajo su riesgo y propia responsabilidad”, señaló Jean Salazar, obrero.
“Señores, esto es un quieto”
Al menos cuatro de los ochos personas encuestadas sobre dónde se siente más vulnerables por la inseguridad, aseguraron haber sido víctimas del hampa dentro del una unidad de trasporte público. A la voz de “Señores, esto es un quieto” estas personas fueron despojadas de sus pertenencia e ingresaron a las “elevadas” estadísticas de delincuencias que marcan el día a día de la capital venezolana.
“Cajas de pánico”
Gabriela Escalona
“Caracas está dividida y de ambos lados uno teme por su seguridad tal es el caso de Petare y el Centro, donde la delincuencia opera a sus anchas”
Armando Caraballo
“Yo me siento inseguro en todos lados, desde el Country Club hasta el barrio más alto uno esta propenso a la inseguridad”
Daniela Yánez
“Entre los pedigüeños, los vendedores y la gente sospechosa que se monta, las camioneticas se han convertidos en cajas de pánico”
Jean Salazar
“Cuando uno usa el transporte público no sabe quién tiene sentado al lado, hasta mujeres embarazadas se han visto robando”
Anabel Barrios Díaz
abarrios@diariolavoz.net
Fotógrafo: Jaime Manrique