El designado presidente interino de Perú, Francisco Sagasti, afinaba el martes a un equipo de ministros que tendrá como reto serenar el descontento de la población que desconfía de sus políticos con un historial de acusaciones de corrupción.
Sagasti, legislador del centrista Partido Morado, jurará al cargo a las 16.00 hora local (21000 GMT) para completar el mandato gubernamental que culmina en julio del 2021 y que incluirá la celebración de elecciones el 11 de abril.
El ingeniero y exfuncionario del Banco Mundial dijo la noche del lunes que estaba barajando nombres de sus posibles ministros y no descartó que incluya a miembros del gabinete de los expresidentes Martín Vizcarra y Pedro Pablo Kuczynski.
“Si son personas con experiencia, integridad y ganas de trabajar, yo creo que mal haríamos en dejar de lado a quienes tienen conocimiento y experiencia”, dijo Sagasti en una entrevista con la estación de televisión por cable Canal N.
“Las posibilidades están abiertas para ministros de Vizcarra, ministros de Kuczynski, ministros de cualquier otra parte”, refirió sin más detalles el político de 76 años.
Sagasti fue elegido en la víspera en el Congreso como sucesor de Manuel Merino, quien renunció el domingo en medio de una ola de protestas que dejó dos muertos y decenas de heridos, luego de la impopular decisión del Congreso de destituir hace una semana a Vizcarra por denuncias de corrupción.
El político se convertirá en el cuarto presidente de Perú en menos de tres años, tras la dimisión de Merino y la expulsión de Vizcarra -los dos en una semana- y de la renuncia de Kuczynski en 2018 por acusaciones de corrupción.
La designación de Sagasti apunta a calmar las protestas lideradas en su mayoría por jóvenes cansados de los políticos tradicionales, pero también a los mercados financieros.
El sol peruano, cayó el lunes, antes de la elección de Sagasti, un 0,63% a 3,663/3,667 unidades por dólar, un mínimo histórico; mientras que el referente de la Bolsa de Lima cerró con una alza de 0,98%.
Sagasti afirmó que entre las prioridades de su corta gestión figuran la reactivación de la economía, la lucha contra el brote del coronavirus y unas elecciones “limpias” el próximo año.
Aunque la designación de Sagasti pareció calmar las tensiones, la desconfianza hacia los políticos aún persiste y en la noche del lunes centenares de personas volvieron a marchar por las calles de Lima, así como en otras regiones del país.
“Nueva Constitución”, “Justicia para los caídos”, gritaban algunos manifestantes según reportes de la televisión local.
Perú ha transitado por constantes escándalos de corrupción que han llevado a tres expresidentes a prisión preventiva o domiciliaria y otro al suicidio en las últimas dos décadas.
Las protestas han desafiado la epidemia de coronavirus en Perú, que tiene más de 938.200 contagiados y 35.271 muertos. Las restricciones para frenar la enfermedad han deteriorado la economía del segundo mayor productor mundial de cobre, que este año caería un 12,5%, según proyecciones oficiales.