El mundo del fútbol se ha quedado huérfano de uno de sus grandes íconos. Diego Armando Maradona (Lanús, 30 de octubre de 1960), uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, ha muerto este miércoles tras sufrir un paro cardiorrespiratorio en la casa de Tigre en la que se había instalado tras su operación en la cabeza.
El mítico ‘10’ argentino, actual entrenado de Gimnasia y Esgrima La Plata, cumplió el pasado 30 de octubre 60 años de edad, pero días después tuvo que pasar por el quirófano para tratar un coágulo en el cerebro.
Ese mismo día, el de su aniversario, su equipo disputaba un encuentro ante Patronato, pero a los pocos minutos de juego el exjugador se sintió indispuesto y tuvo que abandonar el campo. Tras varios rumores sobre su estado de salud, Maradona fue internado hace varios días en una clínica de La Plata por un bajón anímico y una anemia. Después, las pruebas médicas realizadas desvelaron que tenía un hematoma subdural que requería de una cirugía de urgencia, un procedimiento que desgraciadamente no pudo superar en el postoperatorio.
La noticia del fallecimiento de Maradona ha significado un terremoto en Argentina, que llora la pérdida de su ídolo más querido. Con la camiseta de la albiceleste, el ‘10’ se coronó como campeón del mundo en el Mundial de México de 1986, hazaña que no pudo repetir cuatro años más tarde al caer en la final ante Alemania Federal. Más tarde, en su etapa como seleccionador argentino llevó a Argentina hasta los cuartos de final del Mundial 2010 disputado en Sudáfrica.
Su fallecimiento esta tarde deja un hueco imposible de llenar y agiganta la leyenda de un futbolista único, para lo bueno y para lo malo.