El temor ante las nuevas variantes de coronavirus que amenazan con reducir la eficacia de las vacunas propició el endurecimiento de las restricciones a los viajeros que lleguen a Reino Unido.
Desde el próximo lunes, los viajeros que pongan pie en Inglaterra procedentes de «una lista roja» de países de riesgo deben autoaislarse durante diez días en un hotel, pagando 1.750 libras (US$2.400).
Toda Sudamérica se encuentra en esta lista roja, además de otros países como Panamá, Portugal, Sudáfrica y Emiratos Árabes Unidos. La lista está en continua revisión y el gobierno no descarta incluir más países si es necesario.
Además del pago por hotel, las nuevas medidas también requerirán que los viajeros se costeen más pruebas diagnósticas durante su cuarentena. Y quienes mientan sobre su historial de viajes reciente pueden incluso enfrentar hasta diez años de prisión, el máximo castigo.
El gobierno defendió la dureza de estas medidas, pero varias voces se manifestaron en contra de lo que consideran «una desconexión de la realidad» por parte del ejecutivo británico.
Reino Unido lleva a cabo una de las vacunaciones más rápidas del mundo y en las últimas semanas ha reducido el número de contagios diarios desde que impusiera el tercer confinamiento nacional a comienzos de año.
Las aerolíneas y agencias de viaje tendrán que asegurarse de que los viajeros aceptan las nuevas medidas antes de viajar y se multará a compañías y pasajeros si no cumplen las reglas.
Los castigos incluyen multas de 1.000 libras (US$1.380) para los viajeros que no se sometan a las pruebas diagnósticas obligatorias y 2.000 libras (US$2.770) si reinciden a la hora de hacerse el segundo test requerido.
No cumplir con la cuarentena del hotel se penaliza con multas de entre £5.000 y £10.000 (US$7.000 y US$13.800).