El Senado votó este sábado por la mañana a favor de llamar a declarar a testigos en el impeachment a Donald Trump, lo que prolongará su desenlace. La Cámara alta esperaba votar el veredicto a lo largo del día, pero los detalles de una conversación telefónica entre el expresidente y el congresista republicano Kevin McCarthy el día del asalto han llevado a la acusación demócrata a cambiar el paso. Los demócratas han decidido llamar a declarar a la congresista Jaime Herrera Beutler, que ocupa un escaño republicano por el Estado Washington en la Cámara de Representantes, por ser quien corroboró el viernes por la noche que McCarthy le dijo que Trump se había puesto del lado de los asaltantes el 6 de enero.
Según Herrera, McCarthy le contó que también había telefoneado al presidente ese día para pedirle que llamase a sus seguidores a parar el ataque al Capitolio, pero que el magnate le despachó con un: “Están más enfadados por las elecciones que tú”.
El Senado concluyó este viernes por la noche tanto el turno de la defensa del expresidente como la fase de preguntas de los senadores a las partes y dejó el caso casi visto para sentencia. Trump está acusado de incitación a la insurrección por el asalto al Capitolio que una turba de sus seguidores llevó a cabo el 6 de enero con el fin de boicotear la confirmación de la victoria electoral de Joe Biden. La Cámara retomó la sesión este sábado a las 10.00 El turno de preguntas del viernes sirvió para centrar la atención en torno al momento en el que Trump supo del ataque y, especialmente, del peligro que corría el entonces vicepresidente, Mike Pence. La hora ayuda a valorar la posible connivencia del expresidente con los vándalos. A las 14.24 escribió en Twitter: “Mike Pence no ha tenido el coraje de hacer lo necesario para proteger nuestro país y nuestra Constitución”. Para entonces, las imágenes del asalto ya inundaban la televisión y Pence había sido evacuado. La Guardia Nacional no fue movilizada hasta las tres, una demora que los demócratas también cuestionan.
Tres senadores republicanos habitualmente críticos con Trump — Mitt Romney, Lisa Murkowski y Susan Collins — preguntaron a la defensa cuándo tuvo el presidente conocimiento de la situación, algo que quedó sin respuesta. Otro republicano, Bill Cassidy, planteó la pregunta como si fuera un fiscal: “¿Muestra esto que el presidente Trump toleraba la intimidación del vicepresidente Pence?”. El abogado Michael Van der Veen negó la premisa. El republicano Tommy Tuberville también señaló, en declaraciones a la prensa, al margen del juicio, que había llamado en esos momentos al presidente para advertirle de la evacuación de Pence.
El cuestionario de los senadores a la acusación y a los abogados defensores aumentó la temperatura de un juicio que ya de por sí se ha llevado a cabo en un ambiente de conmoción, en una Cámara que fue objeto de un ataque hace un mes, donde muchos de los 100 senadores que hoy ejercen de jurado y deben emitir el veredicto tuvieron que refugiarse ante el asedio de los ultras. El único consenso se alcanzó al final del día, cuando el Senado votó por unanimidad la concesión de la medalla del Congreso, el máximo honor, al agente Eugene Goodman por su heroica actuación al final del día. Goodman, presente en la sala, recibió una ovación.
El senador izquierdista Bernie Sanders, por su parte, trató de poner en un aprieto a la defensa preguntando si creían que, en efecto, Trump había ganado las elecciones, como el magnate neoyorquino no se cansó de repetir incluso mientras se producía el ataque al Capitolio. “¿Quién ha preguntado eso? Mi opinión es irrelevante en este procedimiento”, respondió Van der Veen.