Por Aníbal Sánchez
Aún cuando la atención de los ciudadanos esté fijada sobre el desarrollo de una política exterior que parece tener pocos cambios con respecto a la del año anterior, internamente la agenda política está signada por una elección.
El aislamiento de Venezuela por un bloque de países en un mundo multipolar, es parte de la estrategia política asumida por ciertos factores, los mismos que a lo interno del país han demostrado poco avance en la conformación de un movimiento nacional capaz de crear un cambio en las estructuras de poder.
En este marco y escenario; los venezolanos deberán enfrentar un proceso electoral que pareciera por momentos adquirir mayor identificación entre los liderazgos políticos en el país y sus electores.
Es así como se abrió el debate sobre la importancia de participar, la oportunidad que brinda una campaña para organizar a la ciudadanía y el como estructurar un bloque opositor que enfrente a las filas oficialistas en futuros comicios.
Quedando solo por definir el tipo de elección, mientras se avanza en lograr mejores condiciones; «en ambos puntos desde el Parlamento se perciben movimientos» que podrían ser decisivos, aunque el foco esté puesto en la política exterior de otros países con Venezuela.
Entre las condicionantes para participar, por muchos factores estaba el cambio del órgano rector de las elecciones o Consejo Nacional Electoral, en este punto de acuerdo a lo establecido en la Constitución y las leyes del Poder Electoral se avanza hasta el nivel de tener operando un Comité de Postulaciones y unos nombres de aspirantes a rectores del CNE presentados por la sociedad civil, academia y poder ciudadano.
En cuanto al tipo de elección, aunque las aspiraciones de un grupo esté en lograr una de carácter nacional, constitucionalmente corresponden los comicios de gobernadores la cual de acuerdo a la ley ‘derogada’ debería ser en conjunto con la de los Consejos Legislativos. Pero existía la propuesta política de una Mega Elección.
Que involucraría la escogencia de casi tres mil cargos entre gobernadores, alcaldes, concejales y diputados regionales. Esta decantó en una propuesta de solo llamar este año a una elección de los poderes ejecutivos regionales y municipales.
Aunque según el estamento jurídico es potestad del CNE la convocatoria, se ajustan las leyes para que la elección de los cuerpos legislativos locales no se efectúe este año sino el próximo. Solucionando en parte el escollo operativo y técnico de organizar una Mega Elección.
Con un sistema electoral que aunque incluye el mecanismo de personalización del voto tiende a favorecer el voto partidista. Pues los electores seleccionan una tarjeta y luego es que se despliega una oferta electoral con las distintas opciones.
En una elección unificada de alcaldes y gobernadores los acuerdos o alianzas entre partidos grandes podría salir favorecida con el denominado voto tubo, o en línea, por lo que organizaciones pequeñas o locales podrían tener mayor oportunidad de representación en una de legisladores (concejales) que se realicen por separado.
Quedando aún por corregir el aspecto de representación proporcional el cual debe ser abordado desde el mecanismo de postulaciones y adjudicaciones, no solo en el número de legisladores presentados en modalidades de listas o nominales, considerando que es un sistema mixto.