Kane Tanaka cumplió 118 años el 2 de enero pasado, es la persona viva más longeva del mundo y habita en una residencia para ancianos en Fukuoka, extremo norte de Japón. Ella se prepara para ser de algún modo protagonista de los Juegos Olímpicos Tokio, pues llevará la antorcha olímpica en mayo, cuando la llama pase por la provincia en la que permanece desde que nació.
En la isla sureña de Kyushu, Kane será asistida por alguno de los componentes de su familia en un momento único. Se sabe que alguien la empujará en una silla de ruedas durante gran parte de los 100 metros que recorrerá con el fuego olímpico. “Es genial que haya llegado a esa edad y todavía pueda mantener un estilo de vida activo. Queremos que otras personas vean eso y se sientan inspiradas, y que no piensen que la edad es una barrera”, dijo su nieto Eiji, de 61 años, la edad que tenía su abuela cuando Japón fue sede de los Juegos por primera vez, en 1964.
Tanaka sobrevivió a un cáncer colorrectal, a dos pandemias (la gripe española de 1918 y la actual de Covid-19) y a dos guerras mundiales, además de haber sobrellevado una operación de cataratas. “Es una situación difícil ésta del coronavirus, pero Kane está bien. Estoy feliz de que se divierta todos los días”, contó Eiji sobre la anciana más famosa, que entró en el libro Guinness de los récords por su edad en 2019, tras el fallecimiento de Chiyo Miyako, sucedido el año anterior, cuando tenía 116 años y 65 días.
Kane tuvo cuatro hijos y adoptó otro con Hideo Tanaka, el hombre con el que se casó cuatro días después de cumplir los 19 años pese a que no lo conocía, y trabajó hasta los 103 en la tienda familiar, donde inicialmente preparaban y vendían unos dulces típicos y fideos y luego sumaron distintos tipos de arroces. Estuvo más involucrada en la empresa cuando su esposo fue llamado a ejercer como militar, en 1937, y vivió tiempos difíciles cuando el primero de sus hijos, Nobuo, se unió al ejército en 1943 junto a su padre y estuvo en cautiverio hasta 1947.
Ahora, ella tiene cinco nietos y ocho bisnietos. A todos puede contarles de qué se tratan los Juegos Olímpicos, ya que la de este año será la segunda vez que su país los habrá recibido, pero ningún familiar suyo los ha visto en persona en Japón, cuya capital los albergó hace casi 57 años.
En su último cumpleaños, festejado con sus compañeros del hogar de ancianos en el que es cuidada, aseguró que espera vivir hasta los 120 y que el secreto de su longevidad estaba en “consumir comida deliciosa y estudiar”. Todavía realiza algunos ejercicios, se entretiene con juegos de memoria y conserva el gusto por los chocolates y las gaseosas.
El relevo de la antorcha de Tokio 2020, acontecimiento que se pospuso un año, comenzará el 25 de marzo, bajo estrictos protocolos para evitar contagios de Covid-19. Recién en mayo estará pasando por Shime, la pequeña localidad en la que vive Tanaka. Hasta ahora, la persona de mayor edad que llevó la llama olímpica es la brasileña Aida Gemanque, que tenía 106 años cuando lo hizo antes de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
Séptima hija de Kumakichi y Kuma Ota, Kane nació prematura el 2 de enero de 1903, el mismo año que los hermanos Wilbur y Orville Wright se convirtieron en los primeros en lograr el vuelo propulsado, en diciembre. Como aquéllos, Tanaka deja una huella.