La incorporación de la criptomoneda Petro al sistema financiero venezolano como estrategia del Gobierno Nacional para apalancar la economía y rescatarla, ha sido un proceso sostenido desde que fue incorporada como dinero electrónico el 20 de febrero de 2018.
Desde entonces, el presidente de la República, Nicolás Maduro, ha venido anunciando la incorporación de la criptomoneda como método de pago y de inversión para distintas actividades como pago de trámites en la administración pública, el pago de algunos impuestos, inversiones para obras y servicios públicos, créditos y financiamientos bancarios, entre otros.
Uno de los trámites más conocidos por la población es la cancelación del pasaporte y la prórroga, ambos anclados al valor del Petro.
Desde hace tiempo, la banca pública ofrece créditos en Petros a las pymes (pequeñas y medianas industrias); también el Gobierno ha comenzado a cobrar el combustible para aviones a empresas extranjeras en petros, la gasolina en las estaciones de servicio puede cancelarse en esta criptomoneda.
El pasado 19 de febrero el jefe de Estado concretó la firma de la Convención Colectiva de los Trabajadores y Trabajadoras de Petróleos de Venezuela (PDVSA) 2019-2021, durante un acto celebrado en el Salón Simón Bolívar de la sede de la estatal petrolera en Caracas.
Ese día el Mandatario nacional resaltó que la firma de ese contrato colectivo significa “la recuperación del sistema de protección integral de los trabajadores vulnerado por toda esta guerra».
«Nosotros estamos en una fase de resistencia, qué sería de Venezuela si no existiera el Sistema Patria y todo el apoyo que les damos a las familias, si no existieran los Clap, la educación, la salud pública, el sistema de viviendas; nos hemos defendido con lo que nos dejó Chávez, el Sistema de Misiones y Grandes Misiones, con lo que creamos en el año 2017, pero tenemos que pasar de la defensa a la ofensiva”, recalcó.
Al firmar la contratación, indicó: “Al estudiar los términos de la convención colectiva presentada por la Federación Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras del Petróleo, del Gas, sus Similares y Derivados de Venezuela, di la orden de firmar el contrato colectivo que ampare, proteja y mejore las condiciones de trabajo y de vida de la gran familia de la clase obrera petrolera venezolana. ¡Aprobada! ¡En medio de las dificultades, sí se puede!».
Estas palabras, aunque fueron dirigidas al sector petrolero, parecieran ser un antecedente a próximas acciones de este tipo para el resto de la administración pública nacional, y sobre todo para sectores vulnerables como pensionados y jubilados, y en ese sentido, que se finiquite el verdadero anclaje del salario mínimo al Petro.
El más reciente anuncio dado por el presidente Maduro con relación al uso de la criptomoneda venezolana, fue realizado este lunes 8 de marzo cuando dijo que «a partir de hoy, todos los créditos que aprobemos y que se entreguen a las mujeres, serán entregados en Petros, para que se garantice que su inversión no se devalúe y sea inyección directa de recursos para el trabajo, el progreso, la prosperidad, su emprendimiento y negocitos”.
Desde la casa de Teresa de la Parra, en un acto para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, Maduro subrayó que la criptomoneda será un instrumento financiero que sorteará los daños del bloqueo imperial.
Como es notorio, a lo largo de estos últimos 3 años el Ejecutivo nacional ha venido implementando el uso del Petro como medida de pago en la cotidianidad y en los distintos sectores. Sin embargo, hasta la fecha solo existe un anuncio oficial sobre el uso de la criptomoneda anclado al sueldo, como es el caso del contrato de los trabajadores de la industria petrolera.
Solo queda esperar si en el corto, mediano o largo plazo el gobierno bolivariano aplicará la misma estrategia con el sueldo de los trabajadores. Esta medida, de concretarse, protegería el bolsillo del venezolano, el cual ha sido devorado por las medidas coercitivas y el bloqueo gringo, que impide que el Estado obtenga ingresos suficientes para blindar la economía individual, privada y nacional, reseña LaIguana.tv