El escenario actual en Brasil, que combina el inicio de la vacunación con la transmisión incontrolada de la covid-19, puede convertir al país en una »fábrica» de variantes potencialmente capaces de escapar a la eficacia de las vacunas por completo.
Esta es la evaluación de un grupo de científicos británicos directamente involucrados en algunas de las principales investigaciones sobre las mutaciones del coronavirus.
Investigadores del Imperial College de Londres y de la Universidad de Leicester sostienen que los confinamientos y otras medidas de contención son especialmente necesarios durante la vacunación de la población
Explican que es precisamente el contacto entre vacunados y variantes lo que propicia la aparición de mutaciones «superpotentes», capaces de burlar totalmente la acción de la inmunización
Y, en Brasil, hay una combinación explosiva para que esto ocurra: la vacunación todavía marcha a un ritmo lento, existe la variante con la mutación E484k (que evita los anticuerpos) y hay altas tasas de infección.
El mayor peligro está en el contacto de la variante de Manaos, apodada P.1, con personas recién vacunadas, explica el virólogo Julian Tang, de la Universidad de Leicester, en Reino Unido.
Al entrar en la célula humana y encontrarse con una cantidad aún pequeña de anticuerpos de la vacuna, la variante, al replicarse, puede promover mutaciones más resistentes a esos anticuerpos, advierte.
«Si te vacunas un lunes, no estás inmediatamente protegido. Los anticuerpos de la vacuna tardan unas semanas en aparecer y aún se puede contraer el virus original o la variante P.1», explica Tang.
«Si esos anticuerpos de la vacuna surgen mientras se produce la infección y está extendiéndose por el cuerpo, el virus puede replicarse de forma que evada los anticuerpos en un proceso de selección natural».
Este desarrollo forma parte del proceso de evolución del virus, que trata de adaptarse a la «adversidad».
Una persona vacunada, pero infectada, puede transmitir ese virus mutado si no hay medidas de control, como cuarentenas y cierre de negocios y espacios de ocio.
El riesgo de que esto ocurra sería menor si la variante de Manaos no se extendiera por el país y si los contagios estuvieran bajo control.Esto se debe a que la posibilidad de que el virus original pueda adherirse en grandes cantidades a las células de una persona vacunada es pequeña, ya que la inmunización es lo que pretende evitar, precisamente.
Pero la mutación E484k, presente en la variante de Manaos, afecta exactamente al principal punto de unión entre el virus y las células, haciendo más efectivo el «acoplamiento» y reduciendo la eficacia de los llamados anticuerpos neutralizantes.
Las investigaciones preliminares indican una eficacia reducida de la vacuna Oxford-AstraZeneca contra las variantes cargadas con la mutación E484K, y el Instituto Butatan está investigando su impacto en el porcentaje de protección que ofrece la CoronaVac.
«Si hay una transmisión incontrolada del virus, es decir, en un entorno sin normas de distancia social, sin confinamiento ni uso de mascarillas, las personas susceptibles de contagiarse se mezclarán con las vacunadas».
«Sin barreras, el virus puede transmitirse entre poblaciones, generando potencialmente variantes que escapen a la vacuna», explica Tang .
«Y ocurrirá especialmente si se produce una situación de epidemia importante en un país con un éxito de vacunación moderado».
«Así se alcanza el equilibrio perfecto entre inmunes e infectados. Y cuando esas poblaciones se mezclan, existe el riesgo de que surja una nueva variante resistente a la vacuna», airma el experto.
Brasil está experimentando exactamente esta confluencia entre una fase de vacunación temprana y un pico de casos de covid-19.
El país superó a Estados Unidos en el desafortunado récord de infecciones en 24 horas.
Los datos publicados este jueves por la Organización Mundial de la Salud mostraron que en Brasil se registraron 59.900 casos de covid-19 en 24 horas. En EE.UU., fueron 57.800.
El número de muertes diarias también sigue aumentando y batiendo récords.
El 3 de marzo se registraron 1.800 muertes en un día, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. En más de la mitad de los estados brasileños, la ocupación de las camas de cuidados intensivos supera el 80%.
Ante el colapso de los sistemas sanitarios en varios municipios, los gobernadores han decretado medidas de bloqueo o distanciamiento social.
A pesar de los contagios incontrolados, el presidente Jair Bolsonaro volvió a declararse en contra de las restricciones.
«En lo que a mí respecta, nunca tendremos confinamiento. Nunca, es una política que no ha funcionado en ninguna parte del mundo», consideró el mandatario.
Pero los datos desmienten la línea de Bolsonaro.
En Reino Unido, el confinamiento vigente en todo el país desde principios de enero redujo en dos tercios los contagios por covid-19.
En Londres, el descenso fue del 80%, según una investigación del Imperial College London.
«Desde el punto de vista científico, el cierre de las fronteras y la aplicación de cuarentenas domiciliarias son eficaces para reducir las infecciones».
«Y la reducción de las infecciones tiene sus ventajas. Se disminuye el riesgo de que surjan variantes, se gana tiempo para que la campaña de vacunación avance y para que la investigación encuentre vacunas adaptadas a las variantes que existen en la actualidad», asevera el profesor Peter Baker
Además, los expertos advierten de que, si no se toman medidas de control, la variante de Manaos puede acabar sustituyendo al virus original y volverse prevalente en todo el país.
La P.1 ya circula en al menos 10 estados brasileños, además de ser responsable de casi todos los contagios actuales en la capital de Amazonas.
«Sin medidas de control, la P1 se convertirá rápidamente en el virus dominante y generará importantes oleadas epidémicas», analiza Charlie Whittaker, investigador del Imperial College de Londres.
Un estudio dirigido por Whittaker demostró que la variante de Manaos es entre 1,4 y 2,2 veces más transmisible que el virus original.
La investigación también revela que la P.1 es capaz de evadir la respuesta inmunitaria de infecciones anteriores entre un 25% y un 61% de los casos.
Es decir, puede causar reinfecciones en individuos que ya habían tenido la covid-19.
Y las reinfecciones son otro ingrediente importante para las mutaciones peligrosas, dice Peter Baker, del Imperial College de Londres.
«Cuando estas variantes entran en contacto con personas que ya han sido infectadas, hay una presión para que muten más, para encontrar una manera de reinfectar a las personas previamente inmunizadas», dice.
«La combinación de un brote anterior y un nuevo brote importante, en el que se reinfectan personas que ya tendrían inmunidad, crea un entorno propicio para las mutaciones. Creemos que eso es lo que ocurrió en el contexto brasileño».
Además de estar ya expandiéndose por el territorio brasileño, la variante de Manaos se ha detectado hasta el momento en 25 países, a pesar de que varias naciones han cancelado los vuelos a Brasil y han impuesto cuarentenas y pruebas de covid-19 a todo aquel que llegue del país sudamericano.
Esto revela que la enfermedad incontrolada en un país pone en riesgo a otras naciones.
«Si se deja que Brasil replique el virus de forma incontrolada, estas variantes pueden surgir y viajar a cualquier parte», dice el virólogo Julian Tang, de la Universidad de Leicester.
«Si tienes un granero de producción de virus en un país, si no controlas la transmisión, vas a tener mutaciones que se produzcan por selección natural, si esas variantes viajan por el mundo y algunas de ellas escapan a las vacunas total o parcialmente, por supuesto que es un riesgo».
Los investigadores entrevistados evalúan que la vacunación masiva, combinada con medidas para restringir el contacto social, como los confinamientos, el uso de mascarillas y el cierre de negocios, son importantes para contener las altas tasas de infección y prevenir nuevas mutaciones, mientras avanza la inmunización.
«Nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo. Y garantizar la seguridad significa limitar la posibilidad de que surjan variantes. Las medidas de control son útiles para conseguirlo, pero quizá sea aún más importante garantizar una estrategia de vacunación global equitativa».
«Eso significa que ningún país debería quedarse atrás», proclama Charlie Whittaker, del Imperial College de Londres.