Tengo muchas opciones para ganarme la vida, pero me gusta el hecho de poder usar mis conocimientos intelectuales y mi cuerpo para ganar dinero”, aseguraba Yvette Luhrs, mientras era entrevistada por la agencia de noticias ‘EFE’.
Luhrs, de 36 años, es una trabajadora sexual neerlandesa y la actual candidata del partido político BIJ1 para las próximas elecciones parlamentarias de Países Bajos.
Según el medio español ‘El Mundo’, esta mujer comenzó siendo actriz porno, luego pasó a los shows webcam y hasta el año pasado trabajaba en el Barrio Rojo de Ámsterdam (una zona de burdeles y prostíbulos).
Sin embargo, tras terminar su especialización en “estudios de medios y pornográficos” en la Universidad de Ámsterdam y ante la dificultad de no poder ejercer su trabajo por la pandemia del covid-19, Lurhs tomó la decisión de incursionar en la política para luchar por los derechos de las trabajadoras sexuales de su país y empezar a desmitificar los estigmas en torno a la prostitución.
Asimismo, Luhrs piensa que no hay claridad sobre algunas normas para ejercer este trabajo de forma independiente en su país y eso hace que las trabajadoras sexuales terminen dependiendo exclusivamente de los burdeles para ejercer su trabajo.
De igual manera siente que su gremio ha perdido espacio para trabajar, pues el gobierno de su país ha reducido la entrega de licencias de funcionamiento a burdeles y por eso considera que obteniendo un escaño en el parlamento puede ayudar para que la situación de sus colegas mejore.
“Nuestro gobierno decidió que no iba a darnos ninguna ayuda financiera, lo cual es raro porque aquí las trabajadoras sexuales pagan impuestos y seguridad social (…) mi comunidad ha sufrido”, mencionó Luhrs en la entrevista.
“Habrá quién se extrañe de que una prostituta se postule a diputada”, dice a la agencia de noticias EFE la neerlandesa Yvette Luhrs, de 36 años, que afirma que se prostituye por amor a “la sexualidad” y se presenta a las elecciones en Países Bajos en busca de un escaño desde el que defender los derechos de las “trabajadoras sexuales”.
“Tengo muchas opciones para ganarme la vida, pero me gusta el hecho de poder usar mis conocimientos intelectuales y mi cuerpo para ganar dinero”, sentencia, después de relatar su paso por la Universidad de Ámsterdam para especializarse en “estudios de medios y pornográficos”, atraída por su interés en “la sexualidad” como tema.
Empezó siendo actriz porno y después probó espectáculos de webcam en internet, hasta que el año pasado pasó a la prostitución en el Barrio Rojo, ejerciendo en clubes, en los ventanales y como “escort”, “viendo diferentes trabajos en la industria” sexual y dándose cuenta de que el distrito de Ámsterdam ofrece “un lugar seguro para trabajar de forma independiente y con cohesión social”.Además, según el medio alemán ‘DW’ el pasado primero de marzo el gobierno de ese país permitió que las profesiones catalogadas de contacto (como peluquerías y centros de masajes) volvieran a abrir sus locales, pero a las trabajadoras sexuales no les permitió regresar a su trabajo.
Decisión que generó molestia y motivó a que, el pasado dos de marzo, varias trabajadoras sexuales salieran a protestar para reclamar su derecho al trabajo, según el medio europeo ‘euronews’.
Este fue otro de los motivos que impulsó a Luhrs a incursionar en la política, quien en el diálogo con la agencia ‘EFE’, también comentó que para ella la prostitución es una manera de vivir, de ganar dinero y de llevar un plato de comida a la casa.
Asimismo, señaló que las grandes decisiones se toman en el parlamento neerlandés y ahí es a donde quiere llegar el próximo 17 de marzo, cuando se celebren las elecciones parlamentarias en su país.
“Habrá quien se extrañe de que una prostituta se postule a diputada”, concluyó Luhrs.