Hace cuatro años luego de estar al borde de la muerte, Yaxury Yulimar Solórzano ahora muestra su fue infinita en su salvador José Gregorio Hernandez. Hoy viernes 30 de abril estará en la ceremonia de beatificación de José Gregorio Hernández, el “Siervo de Dios” a quien se le atribuye el milagro que en 2017 arrancó a esta niña de las garras de la muerte.
“Tengo una fe tan grande que nadie me la quita” es la expresión permanente que brota de los labios de la niña cuando se refiere a José Gregorio Hernandez. La adolescente de 14 años tiene intactos los recuerdos de la noche del 10 de marzo de 2017. Transitaba en una motocicleta con su padre, Julián Solórzano, en la comunidad rural Mangas Coveras, situada en el municipio Guayabal del estado Guárico, unos delincuentes intentaron asaltarlos. Cuando huían, uno de los malhechores disparó con una escopeta y una bala impactó en su cráneo el cráneo
“Desde ese momento no supe más nada de mí, afirma Pero me contaron que mis padres me trasladaron desde Mangas Coveras hasta San Fernando de Apure, gracias a la ayuda de los vecinos. Un muchacho nos llevó cerca de Guayabal y allí nos esperaba una ambulancia”, refiere Yaxury
Yaxury sufrió una grave lesión: perdió parte del hueso craneal con exposición de la masa encefálica. Desde Guárico, la joven fue trasladada al Hospital Dr. Pablo Acosta Ortiz, en San Fernando de Apure. En medio de la desesperación sus padres mantuvieron la fe.
A pesar de que el pronóstico de salud de la niña era reservado, Carmen Yackelin Ortega, madre de Yaxury, asegura que el doctor José Gregorio Hernández tocó a su hija desde la cabeza a los pies y le dijo: “Quien va a operar a Yaxury soy yo, pero las manos que estarán presentes serán las del médico tratante. Tenga fe y más nada”.
Yaxury fue intervenida el 12 de marzo de 2017 y Carmen afirma que el propio José Gregorio Hernández le aseguró que su hija se recuperaría pronto. Cuando estaba en la sala de cuidados intensivos, mientras el equipo médico se preparaba para la intervención quirúrgica, con el fin de extraer la bala del cráneo de la niña, la mujer sintió la presencia de José Gregorio Hernández.
Después de la larga intervención y la recuperación de la niña, Carmen pudo respirar. “Sentí una alegría muy grande cuando supe que Yaxury estaba fuera de peligro, me sentí muy feliz. La fe es lo mejor. Tengan fe y crean en los santos porque ellos existen”, agrega.(Tomado de El Pitazo)