Si en campaña o gestión nuestro candidato se vuelve predecible, los adversarios pueden preparase para combatirlo. «Al contrario si estos no son capaces de saber cuáles serán nuestras acciones, podremos sorprenderlos en cualquier momento o escenario donde se desarrolle la contienda, en tierra o el mundo digital.»
En toda campaña se valora la victoria, pero no pretendan conseguirla con solamente unos likes o followers en las redes. «La victoria surgirá de una mayor preponderancia, mediante el conocimiento, la motivación y las acciones que se expresen mediante el voto» en opinión de Aníbal Sánchez
“Las victorias del linaje militar no pueden transmitirse por anticipado” Estas depende de distintas condiciones fluctuantes, se debe tener la intuición necesaria para saber cuándo se produce una ventaja, o dónde están las debilidades del otro, para aprovecharlas en el momento oportuno. Siempre bajo la premisa que las victorias son temporales y coyunturales, «lo que hoy funciona mañana puede ser que no» así se desprende de los principios de Sun Tzu y el Arte de la Guerra.
“El que no conoce enteramente el daño ocasionado por la milicia, no puede conocer enteramente las ventajas de la milicia” (Sun Tzu) Las campañas se pueden volver destructivas, tanto para el adversario, como para uno mismo. «El que desconozca este principio estaría incapacitado de liderar un grupo a la victoria; y estaría desperdiciando las ventajas que ofrecen las fortalezas». Una ventaja de nuestros adversarios puede no afectarnos, cuándo el tipo de accion se puede revertir. «Existe una interdependencia entre ventaja y daño en nuestra campaña, y la del adversario»
Como encaja estas aseveraciones en la realidad venezolana.
Hay que tener claro que toda campaña de ataque siempre resulta costosa. “Cuando se prolonga una campaña, se convierte en algo aniquilador para todos; Si no se puede lograr una rápida victoria, resultar destructivo intentarla”.
“Un centenar de victorias en un centenar de batallas no es lo más hábil; hábil es someter al ejército contario sin batallas” (Sun Tzu, capítulo 3). Desde esta visión el que realmente es hábil conquista sin tener que destruir, somete sin necesidad de presentar batalla. “Esta estrategia lo que busca es entonces la transformación” comentó Sánchez.
“Lo mejor es acabar con la estrategia del enemigo, acabar con sus alianzas y con su ejército. Lo peor seria atacar las ciudades fortificadas”. Desde la perspectiva de Sun Tzu, tomar la totalidad significa logra la victoria, preservando en la mayor medida el terreno del adversario.
En primer lugar, se identifica la estrategia enemiga, se destruye la coherencia de sus planes “la batalla se gana con la mente”. Acto seguido se debe tratar de reducir las alianzas de los adversarios, evitar aquellas conexiones con las que pueda fortalecer su posición. Por último, es la confrontación, enfrentando al adversario de forma no convencional.
Asumir esta perspectiva de esa totalidad como lo primordial en una campaña es esencial, de manera que podríamos mantener intactas nuestras fuerzas, conservando la ventaja que lleva a la victoria.
“El conocer al otro y conocerse uno mismo significa que no haya pérdidas. No conocer al otro y no conocerse uno mismo significa que cada batalla será derrota segura” (Sun Tzu).
“Debemos conocer a profundidad nuestras debilidades y fortalezas, así como la de los adversarios, y las distintas condiciones y terrenos en los que se desarrolla la campaña”. Esto requiere capacidad para saber introducirse y estar informado sobre todas las aristas relacionadas con el proceso, desde esta visión política estratégica de Sun Tzu, la victoria se produce cuando se consigue la totalidad.
“La invencibilidad es defensa. La fragilidad es ataque.” Defiéndete y tendrás superávit. Ataca y tendrás deficiencias (Sun Tzu, capítulo 4). La lógica de una campaña convencional dice “solo ataca cuando tengas la supremacía; defiéndete cuando estés en inferioridad”. El arte de la guerra hace hincapié en la vulnerabilidad de las campañas de ataque y en la sutiliza de la estrategia defensiva, agregó Aníbal Sánchez
La mejor defensa consiste en salirse del campo de visión del adversario para hacerse inalcanzable y por tanto imbatible (Sun Tzu) El que es hábil logra la victoria antes de que se dé la batalla. Cuando tenemos claro que no podremos ser vencidos, es clave tener la paciencia necesaria para esperar el momento en el que cual se puede lograr la derrota del adversario.
“El que es hábil cuida el tao y preserva el método; uno puede ser la medida de la victoria y de la derrota” Para Sun Tzu, el tao significa el modo de ser de las cosas, la forma en que las cosas marchan de acuerdo al impulso natural; y el método consiste en ordenar todas las acciones de campaña en tal forma que se encuentren de acuerdo con el tao.
“Cuando estés en la batalla, usa lo ortodoxo para enfrentarte al enemigo. Usa lo extraordinario para conseguir la victoria” (Sun Tzu, capítulo 5) Esta perspectiva le ofrece a los equipo respuestas predecibles para ocupar sus mentes; mientras que los lideres aguardar el momento extraordinario que otros no pueden prever.
Aunque lo extraordinario no se pueda anticipar, tampoco lo ordinario es algo simple o fijo, cambia a medida que las percepciones de los votantes se desarrollan. La utilización de lo extraordinario y de lo convencional obliga a que nuestros adversarios mantengan una atención constante dentro de su estado mental.
“El que es hábil en la batalla emplaza al otro y no es emplazado por él.” (Sun Tzu, capítulo 6). Desde su visión, debemos adecuar el conflicto a nuestra conveniencia, atrayendo a nuestros adversarios al terreno de batalla que hayamos escogido. «Si tenemos la capacidad de surgir de manera inesperada en un punto crucial, los adversarios harán todos los esfuerzos para llegar a nosotros ».
En campaña, es fundamental descifrar la forma de actuar de nuestros adversarios y por consiguiente debemos lograr que la nuestra sea totalmente desconocida. De este modo, no podrán conocer nuestras intenciones y difícilmente preparar un ataque. “No repitas los medios para conseguir la victoria, más bien, responde a la forma desde lo inagotable” (Sun Tzu, capítulo 7) “El ejército se basa en la astucia. Actúa gracias a la ventajas”
“Hay caminos que uno no debe seguir. Hay ejércitos con los que no debe combatir. Hay ciudades que uno no debe atacar. Hay terrenos en los que uno no debe enfrentarse. Hay órdenes del soberano que uno no debe aceptar” (Sun Tzu, capítulo 8). Entre los objetivos de la campaña puede estar superar los obstáculos, pero existen otros que no están contemplados dentro de la estrategia. Por lo que las decisiones no estarán basadas en un profundo conocimiento de las coyunturas.
Es responsabilidad del equipo conocer el terreno de cada situación y como cambia constantemente, “Existen cinco peligros para el general: Resuelto a matar, puedes morir. Resuelto a vivir, puedes ser capturado. Proclive a la ira, puedes ser ridiculizado. Puro y honesto, puedes ser avergonzado. Amable con los demás, puedes ser agraviado” (Sun Tzu).
Nos muestra como las virtudes, se pueden convertir en vulnerabilidades cuando se llevan a la exageraciones. “En el ejército, la cantidad no implica calidad” (Sun Tzu, capítulo 9). “Si el general, aunque generoso, es incapaz de dirigirlos; aunque amable, es incapaz de dar órdenes, resultará caótico e incapaz del mando” (Sun Tzu, capítulo 10).
En campaña, cualquier peligro que aceche se puede evitar mediante el conocimiento propio y del otro. El poder de toda victoria depende del conocimiento que tengamos del terreno dentro del cual nos enfrentamos. “Para la propia disposición militar es fundamental la rapidez de acción. El beneficiarse de los fallos del enemigo. El avanzar por caminos que no espera. Y el atacarle allí en donde se encuentran menos precavidos”.
“Si se eres hábil en el manejo del ejército, lleva a tus hombres de la mano, como si se tratase de una persona. De este modo, no retrocederán” (Sun Tzu, capítulo 11). Si el lider de una campaña se muestra personalizado, cada integrante del equipo oirá al candidato como si le hablaran a él; este tipo de acciones lograrán camaradería entre los miembros del equipo.
El candidato es el máximo responsable de alcanzar la victoria. Debe ser capaz de propiciar las circunstancias necesarias para que su equipo pueda desarrollar toda su capacidad, y encontrar el momento adecuado para que esto se produzca.
El éxito depende de la total lealtad del equipo. “Si no es ventajoso, no actúes. Si no es asequible, no utilices tus tropas. Si no hay peligro, no presentes batalla” (Sun Tzu, capítulo 12). Las oportunidades en una campaña pueden ser múltiples, pero sola algunas nos pueden conducir a la victoria, la cual es el único objetivo que debe tener en su mente nuestro candidato.
El conocimiento del terreno y sobre todo del elector resultan esenciales para lograr la victoria; el conocimiento previo puede conseguir la victoria en un solo día. En campaña, cuando todo se deja a la suposición o adivinanza, la realidad y los acontecimientos pueden ser inciertos.