Expertos canadienses han confirmado que el consumo de comidas grasas y dulces provoca cambios químicos en el cerebro de manera que la supresión de estas comidas de la dieta diaria, genera un sentimiento similar a la interrupción del consumo de un fármaco.
El informe recién publicado de los científicos de la Facultad de Medicina de Montreal, Canadá, demuestra que después de haber experimentado sobre ratas, se dieron cuenta de que al consumir grasas sus cerebros cambiaron físicamente.
Una de las moléculas que fue el objeto del estudio, era la ‘dopamina’ que hace que el cerebro con buenos sentimientos se apremie, y así anime a la gente a practicar una determinada conducta.
Esta molécula química tiene una reacción similar en los seres humanos y los animales.
Según el informe, hay otra molécula en el cerebro que controla otros genes del que posee este órgano, llamada ‘Creb’, que también controla la producción de la Dopamina. Esta molécula también influye en la formación de la memoria.
El estudio demostró que este gen, en ratas que consumieron alimentos grasos estaba más activos y también se notó un nivel mayor de la hormona ´Corticosterona, que está relacionada con el estrés, lo cual demuestra el ciclo negativo del comportamiento y del estrés.
El cambio de la dieta puede eliminar las consecuencias y los síntomas negativos del comportamiento generado por el consumo excesivo de grasas, y las condiciones que propician el estrés.