Agencias
“Yo tenía 18 años”, repite insistentemente Linda Loaiza López Soto, como si quisiera asegurarse de que era demasiado joven para el horror que vivió. De hablar sereno, pero firme. Responde a las preguntas con el cuidado de quien no quiere olvidar lo importante. Veinte años del dolor que apenas menciona, del que no quiere profundizar, quizá porque como dijo al final de la entrevista “cuando es necesario, lloro” y a veces lo que entendemos es el refugio más importante hay que administrar mejor.
Durante cuatro meses, 112 días exactamente, desde que fue secuestrada en marzo 2001, su victimario Luis Antonio Carrera Almoina, a quienes en la prensa llamaron el “Monstruo de los Palos Grandes”, la violó, la mutiló y la convirtió en esclava sexual, hasta el 19 de julio cuando fue rescatada. Y ahí empezó el otro crimen: con el que lleva 20 años luchando, el de la impunidad. De la entrevista que en exclusiva le concede a Infobae, se revela que tiene muchas cicatrices, pero la herida de la justicia aun sangra, deforme y atroz. Y no solo para ella sino para varias mujeres abusadas por el hombre que sigue en libertad. López no fue la primera y tampoco ha sido la última de víctima del monstruo.
Desde que la rescatan hasta que la llevan a prestarle atención médica pasaron cinco horas. “Lo había perdido todo, mi familia estaba desmoronada, yo en cualquier momento podía fallecer, aparte de todo el tiempo que estuve en cautiverio, mi vida estuvo en peligro. Tengo 15 operaciones muy comprometedoras, dos del páncreas, son de gran envergadura para una persona, yo tenía 18 años”.
“Desde el momento en que mi hermana me rescató, no ocurre nada, las instituciones del Estado no dictaron las medidas de protección que debían, desde allí comienza la falla”, dice la ahora abogada Linda Loaiza López Soto.
El apellido de quien la secuestró, violó y torturó, Luis Antonio Carrera Almoina, no es cualquiera, es parte de una familia reconocida en el mundo académico venezolano. Su padre es el destacado escritor, miembro de la Academia Venezolana de Letras y ex rector de la Universidad Nacional Abierta, doctor Gustavo Luis Carrera Damas. Y sus tíos son el historiador Germán Carrera Damas, colaborador de la Unesco y presidente del Comité Internacional de Redacción de la Historia General de América Latina, y Jerónimo Carrera Damas, quien al morir en el 2013 era el presidente del Partido Comunista de Venezuela.
Para que se realizara el juicio Linda Loaiza, a secas, como todos la llaman, tuvo que hacer una huelga de hambre durante 13 días. “Eso me llevó unas 6 o 7 semanas de un proceso de juicio, audiencias, ofensas, atropellos, donde no se valoró mi testimonio”.
En octubre del 2004 la juez Rosa Cádiz absolvió a Carrera Almoina de todos los cargos. Él dijo que la joven había llegado golpeada a su casa y que no denunció porque ella no quería implicar a personas allegadas. En un nuevo juicio el individuo fue sentenciado por lesiones gravísimas y privación de libertad, por lo que estuvo preso durante seis años. Siguen pendientes los delitos de violación e intento de homicidio.
Por su parte, hoy en día, Linda Loaiza subraya que recibe mucha solidaridad a través de mensajes, “Algunas personas piden perdón por no haber actuado efectiva ni activamente desde el año 2001 hasta ahora”.
Necesaria justicia
Recientemente en Venezuela se viralizó el “yo sí te creo”, al estilo de “me too”, para apoyar a las víctimas de acoso o violencia sexual, que revelaron entre otros al escritor Willy McKey, nombre verdadero Willy Joseph Madrid Lira, quien se suicidó luego de las denuncias de abuso sexual, de las cuales el Ministerio Público inició una investigación sobre él y Alejandro Sojo y Tony Maestracci, por los presuntos delitos de violencia y abuso sexual.
Ante eso, Linda Loaiza escribió un hilo a través de Twitter dirigido al fiscal Tarek William Saab, recordándole la sentencia de la CIDH. “Yo simplemente escribí ese tweet esperando una respuesta que no he conseguido aún”.
Para ampliar información-> Infobae