La oposición al presidente de la República Hugo Chávez, golpeada por su derrota en las elecciones regionales pero unida bajo el liderazgo reafirmado de Henrique Capriles Radonski, debe afirmar su liderazgo y lanzar nuevas propuestas de cara a la posibilidad de elecciones presidenciales adelantadas, estimaron analistas.
Los dirigentes opositores admitieron que deben «reinventarse» y reasumir «el compromiso de la unidad», según dijo el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que coordinó la campaña opositora a las regionales. «El gran reto de la oposición es convertirse en una referencia nacional alternativa y con un liderazgo (que pueda) conectarse con todas las regiones», dijo a la AFP el politólogo Alexander Luzardo, profesor de la Universidad Central de Venezuela.
Según este analista, los partidos opositores aglutinados en la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) están asociados a grupos acomodados y tienen el reto de identificarse y conectarse con los problemas de los trabajadores y los sectores más pobres mayoritarios y donde es fuerte el chavismo, y presentar un proyecto nacional alternativo al del gobierno.
La tarea puede ser urgente para la alianza opositora, después de haber ganado sólo en tres estados de 23, en medio de la delicada salud de Chávez y la posibilidad de unas inminentes elecciones anticipadas a principios de 2013 si quedara inhabilitado para gobernar.
La experta en comunicación política, Mariana Bacalao, la MUD debe dejar de actuar exclusivamente «desde la trinchera de la oposición» y forjar un «liderazgo propio» y la «capacidad de emocionar» a los electores.
Luego de perder ampliamente contra Chávez en octubre, donde sin embargo la oposición obtuvo su mejor votación, Capriles logró retener la gobernación del estado Miranda (norte), el segundo más poblado del país que incluye los barrios ricos de Caracas, y su partido Primero Justicia, socialcristiano, obtuvo la mayor votación opositora.
Pero la oposición encajó una dura derrota al perder cuatro estados, incluido el más poblado del país, y retener solo 3 de los 23 estados en disputa, dos de los cuales con disidentes chavismo reelectos. En su editorial del martes, el diario Tal Cual apuntó que la «remodelación» de la MUD «está sobre el tapete».
Chávez, hospitalizado en La Habana después de su cuarta operación de cáncer en 17 meses, no ha siquiera reaccionado al triunfo de su partido en las elecciones regionales. Antes de dejar Caracas, Chávez designó como su heredero político al vicepresidente Nicolás Maduro y el candidato del oficialismo en esos hipotéticos comicios.
El mandatario, de 58 años, que debe reasumir la presidencia el 10 de enero, fue aquejado por una infección respiratoria tras la operación debe «guardar reposo absoluto» y se encuentra «estable», según informó el ministro de Comunicación.
En caso de una inhabilitación de Chávez, «no va a haber tiempo de hacer primarias ni consultas amplias (…) Queda afirmado el liderazgo de Henrique Capriles Radonski», señaló el politólogo Carlos Raúl Hernández.
Las regionales demostraron también la crisis de los partidos tradicionales AD (socialdemócrata) y Copei (socialcristiano), que se repartieron el poder durante 40 años y cuya decadencia abrió el camino a Chávez, que perdieron en los estados donde gobernaban. Al mismo tiempo, Henri Falcón y Liborio Guarulla, dos disidentes del cavismo, consolidaron sus posiciones tras ser reelectos en los estados Lara (oeste) y Amazonas (sur), respectivamente.
Según la psicólogo social Colette Capriles, académica de la Universidad Simón Bolívar, la derrota en las regionales creará «presiones» dentro de la oposición para «construir una política unitaria» y abrirse a sectores de la sociedad civil en caso de unas hipotéticas nuevas elecciones. Para Bacalao, el nuevo mapa opositor debe ayudar a consolidar «una base amplia que le dé cabida a todos los sectores (…) Se trata de sumar y no de restar».
Ramon Sahmkow /AFP