Muchos de los recuperados de Covid-19 experimentan sabores y olores extraños durante periodos largos de tiempo, lo que afecta severamente su vida y su forma de alimentación.
Los cambios en el sentido del gusto y el olfato son muy diferentes en cada persona, ya que puede variar la modificación, pues mientras algunos perciben que el café huele a gasolina, otros aseguran que el ajo tiene un sabor como a podrido.
A pesar de que este tipo de secuelas son cada vez más comunes, los especialistas de todo el mundo aún no encuentran una explicación definitiva por la que ocurre este fenómeno también conocido como anosmia.
Hasta el momento, lo único que se sabe sobre este padecimiento es que puede ser genético o también se presenta después un daño cerebral y nervioso provocado por accidentes o trastornos como lo es el actual coronavirus.
En este sentido, algunos expertos como la investigadora Kate Petrova han comenzado a realizar graficas en las que demuestran la regularidad con la que los pacientes recuperados desarrollan este problema a medida que avanza la pandemia.
Muchos de los datos sugieren que la mayoría de las personas que tuvieron SARS-Cov-2 tienen esta reacción que evita que el olfato o el gusto hagan correctamente sus funciones, lo cual es considera por muchos expertos como una prioridad, pues quienes lo sufren no pueden llevar una vida normal.
Con información de Tribuna