Los madridistas pueden respirar tranquilos. Eden Hazard vuelve a sonreir. Fue suficiente la titularidad ante Finlandia para que el internacional belga recuperara la alegría en el rostro y en su juego.
“Se siente fuerte y feliz. Su cuerpo está reaccionando bien”, comentó Roberto Martínez, seleccionador belga, tras la victoria sobre los escandinavos (0-2).
Hazard no había salido de inicio en un partido desde la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones ante el Chelsea. Entonces, se le vio sin chispa, todo lo contrario que anoche en San Petersburgo.
Con la camiseta de los “Diablos rojos” no era titular desde noviembre de 2019. Ha llovido mucho desde entonces, incluidas tres lesiones de tobillo.
HAZARD, CON HAMBRE DE GOL
Desde el primer minuto pidió el balón. Nunca se escondió. Buscó a Lukaku para hacer paredes y sorprender a la defensa finlandesa. Los compañeros, conscientes del calvario que ha vivido con la camiseta blanca, le buscaban permanentemente.
Le favoreció que el equipo ya tuviera en la mano el pase a los octavos de final, pero el liderato del Grupo B aún estaba en juego. Había que ganar.
A partir de la media hora, probó suerte desde fuera del área. Un pisotón al borde del descanso hizo temer lo peor, ya que cojeó ostensiblemente. Falsa alarma. No era el tobillo.
En el segundo tiempo, incluso se le vio protestando airadamente una decisión arbitral. Estaba metido en el partido. De no ser por Hradecky, que le sacó un remate abajo, Hazard habría recuperado algo más que la sonrisa.
El MVP fue para su compañero Kevin de Bruyne, pero Hazard fue el que más lo intentó en su equipo. La gloria fue para los autolres de los goles, Vermaelen y Lukaku, pero el madridista estaba feliz.
Acabó cansado, pero sonriente. Hazard volvió a sentirse futbolista. La paz que reina en la selección le favorece, aunque el jugador asegure que la presión de jugar con Bélgica también es muy grande, ya que es uno de los favoritos a ganar la Eurocopa.
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