Para nadie es un secreto que las nuevas tecnologías han convertido al mundo en un lugar hiperconectado. Actualmente, los eventos más destacables pueden llevarse a cabo por internet, utilizando las plataformas digitales. En este contexto, el FOMO aparece y te explicamos de qué se trata.
Fear of missing out es una expresión de habla inglesa que puede traducirse como “miedo a perderse de algo en las redes sociales”. El acrónimo que se emplea para referirse es FOMO. Las personas que presentan esta fobia experimentan niveles elevados de ansiedad cuando no pueden conectarse.
Tomando en cuenta que se trata de un temor exagerado e irracional sobre una circunstancia inofensiva, el tratamiento que suele emplearse para estos casos consiste en la terapia de exposición. La idea es que los pacientes internalicen el hecho de que disminuir la frecuencia de conexión a las redes no les genera ningún daño.
Origen del FOMO
Cómo ya hemos mencionado, este término hace referencia a una expresión en inglés que se traduce como el miedo a quedar excluido de algo importante que acontece en internet. La persona que acuñó este término fue el Dr. Dan Herman (líder de la red de consultoría Think short).
La teoría de Herman sostiene que mientras más alternativas tenga una persona para estar conectada a la información que prefiere, mayores probabilidades hay de que se produzca el síndrome FOMO. Este fenómeno social se viene estudiando desde la década de 1990, cuando las personas tuvieron más acceso al mundo digital.
Las características de personalidad tienen un rol determinante en el desarrollo del síndrome. Por ejemplo, quienes son de naturaleza obsesiva tienen mayor probabilidad de presentar adicción a las redes sociales.
Síntomas y signos relacionados
Los síntomas del FOMO son la hiperconectividad y la necesidad de ser tomado en cuenta dentro del entorno digital. Tal es el caso de las personas que comparten constantemente su vida privada en las redes sociales en busca de la aprobación colectiva.
En este orden de ideas, algunos podrían llegar a experimentar ansiedad cuando sus expectativas de atención no se cumplen. Esto es que, al no recibir una gran cantidad de interacción en sus publicaciones, se sienten desplazados, como si quedaran fuera.
En síntesis, para poder establecer que alguien está presentando este síndrome es necesario determinar que existe una alta frecuencia de publicaciones en sus redes sociales. El contenido debe ser de tipo personal y, además, la persona se verá afectada cuando sus publicaciones no sean tomadas en cuenta.
Ahora veremos un listado con algunas situaciones cotidianas que sugieren la presencia del comportamiento compulsivo. Es importante aprender a detectar cada una de ellas:
- Estar mirando constantemente las actualizaciones y tendencias en redes sociales. Esto debe ocurrir incluso en las horas laborales o en el tiempo de estudio.
- Pensar frecuentemente en cuándo y cómo compartir las experiencias personales. Por ejemplo, ir de vacaciones y darle prioridad a la interacción en redes por encima de la experiencia real.
- Sensación de angustia cuando no se puede estar conectado a las redes sociales. Esto podría provocar algunos síntomas físicos, como dolores de cabeza, temblores o sudoración excesiva.
- Decepción cuando vemos que nuestros amigos no interactúan con las publicaciones. También podría ocurrir que nos sintamos incómodos luego de ver fotos de algún evento al que no fuimos invitados.
Causas y desencadenantes del FOMO
Es importante aclarar que, aunque una persona sea propensa a experimentar el fear of missing out, no necesariamente tendrá el síndrome. Es decir, las causas y desencadenantes son multifactoriales; deben coexistir la necesidad de atención, la disconformidad ante la vida y el manejo de las redes sociales.
A continuación, examinaremos de forma detallada un listado con los desencadenantes del miedo a quedar fuera de las tendencias digitales. Siempre que existan algunas de estas situaciones, las personas podrían verse afectadas por el FOMO:
- Problemas de baja autoestima: las personas que tienen baja autoestima suelen buscar refugio en las redes sociales. La explicación de esto es que se sienten seguros detrás de las pantallas y pueden mostrar una vida irreal en busca de aprobación.
- Estilos de crianza disfuncionales: durante la adolescencia es cuando hay más probabilidades de hacer mal uso de las redes sociales. En los casos en los que los estilos de crianza son permisivos, los jóvenes suelen incurrir en la hiperconectividad.
- Falta de propósito en la vida: cuando no se tiene un rumbo definido es fácil perderse en la inmediatez de las redes sociales. Las personas que no establecen objetivos claros suelen necesitar de la satisfacción efímera que proporciona la interacción digital.
Posibles consecuencias
Entre las consecuencias de este temor se encuentran la falta de concentración, el estrés, la ansiedad, la depresión y los problemas de insomnio. Pero además, también suelen ocurrir conflictos a nivel interpersonal. En otras palabras, las personas se enfocan tanto en vivir una vida digital que descuidan a quienes los rodean.
A causa del FOMO también existen problemas físicos. Por ejemplo, cefaleas tensionales frecuentes a causa de la ansiedad por perderse algo en las redes sociales.
¿Cómo se puede superar?
Para vencer este temor es importante cambiar algunas de nuestras prioridades. En este sentido, hace falta comenzar por aquellas cosas que nos dan satisfacción. Debemos ser capaces de hacer un ejercicio de introspección y ver hasta qué punto nuestra felicidad depende de los acontecimientos en las redes sociales.
A medida que establecemos prioridades adecuadas en la vida nos alejamos de la hiperconectividad. Por ejemplo, es recomendable poner como prioridad proyectos a corto y mediano plazo. De esta manera, tendremos un norte definido.
Otra recomendación importante está basada en la aceptación. Cuando las personas son capaces de aceptar las circunstancias de su existencia como realmente están ocurriendo y no como esperan que sea, la calidad de vida mejora.
¿Cómo evitar el FOMO?
Las redes sociales pueden ser de utilidad siempre y cuando sean entendidas como medios para un fin específico. Por ejemplo, hacer buen uso de las redes sociales sería emplearlas para dar a conocer un negocio o emprendimiento. Al mismo tiempo, las podemos emplear como formas de entretenimiento, sin caer en el exceso.
Es necesario aclarar que la tecnología no promueve los problemas de salud mental. Si existe una buena educación como base, las personas no deberían verse afectadas por el uso de las pantallas en su vida.