Este lunes, 2 de agosto, se confirmó tres nuevos casos de COVID-19, contagiados por un brote de la variante delta, que apareció el mes pasado en el este de China.
Este resurgimiento de la epidemia supone un duro golpe para Wuhan, que fue la primera ciudad del mundo sometida a cuarentena por el COVID-19, a partir del 23 de enero de 2020 y durante 76 días.
Los contagios fueron detectados en siete trabajadores migrantes en la ciudad, de los cuales cuatro no presentaban síntomas de la enfermedad. Se trata de los primeros casos locales que se detectan desde junio de 2020 en Wuhan, la ciudad en la que se notificaron los primeros contagios de covid a finales de 2019.
Asimismo, la ciudad ha confinado parcialmente el barrio de Zhuankou, ahora considerado de «riesgo medio», según una circular emitida por la comisión sanitaria local. La alta capacidad de contagio de la variante delta ha puesto a prueba las estrictas medidas de prevención de las autoridades para poner coto al covid, aunque los expertos locales han expresado que la tasa de vacunación y la experiencia acumulada impedirán un rebrote a larga escala por todo el país.
La ciudad a orilla del río Yangtsé está «lanzando rápidamente pruebas PCR a todos sus residentes», dijo a periodistas Li Tao, un alto cargo local, en una conferencia de prensa.
Ante el riesgo de una reactivación de la epidemia, el gobierno recurre al arsenal de medidas radicales que utilizó a comienzos de 2020: confinamiento, limitación de los desplazamientos, testeo masivo.