Los medios de comunicación han probado ser muy efectivos en transmitir mensajes de forma rápida y masiva pero también son buenos para “desinformar”. ¿A qué me refiero? Como todo en la vida, una herramienta que puede ser utilizada para lo bueno, también puede ser usada para lo malo. Por ejemplo, un avión puede trasladar a personas de un lugar a otro, pero del mismo modo puede ser usado como arma para estrellarlo en unas Torres Gemelas.
En alguna ocasión en un artículo anterior les comenté lo que causó Orson Welles cuando en 1938 transmitió en su programa de radio “La Guerra de los Mundos” y relató de forma ficticia que extraterrestres invadían la Tierra. ¡Tremendo lio que se armó! Pues hoy no necesitamos forzosamente la televisión o la radio, bastan las redes sociales con miles de “escuchas” instantáneas. Éstas, son un claro ejemplo de instrumentos “ambivalentes”: Las podemos utilizar para comunicar alguna noticia de forma rápida y a muchas personas en cuestión de segundos pero también para “desinformar” con la misma velocidad e impacto. Por ejemplo, se puede transmitir información incorrecta o simplemente no verificada, y les llegará a muchos individuos casi de manera instantánea, que a su vez la retransmitirán a más, y que podrían creer ciegamente en lo que se dice.
Si vieran cuántas veces me han dicho: “Pues si es verdad porque mi comadre me lo reenvío por whatsapp”… “Hasta lo vi en un video en YouTube”… Incluso se han molestado conmigo cuando le busco el famoso suceso por el mismo internet y les demuestro que es claramente falso.
Sí, entiendo las ganas de compartir, que quieras dar rápido aviso a tus amigos, que deseen ser el primero en brindarles la primicia, pero ¡Mosca! ¡Podrías estar desinformando y causando un daño mayor! Podrías estar contribuyendo a mal informar a tus seres queridos. No los estarías ayudando, al contrario.
Recomiendo que antes de retransmitir una noticia (que podría ser falsa), primero te asegures si está verificada o si se publica por algún medio con buena reputación. Claro, esto no te hará infalible ni mucho menos, pero seguramente los receptores del mensaje te terminarán reconociendo que te hayas tomado esas molestias. De hecho, tu propia reputación te lo agradecerá.
Creo que en seguridad lo peor que podemos perder quienes nos dedicamos a esta loable labor es la credibilidad, no podemos darnos el lujo de retrasmitir información sin antes ser verificada, mucho menos divulgar voices por las distintas plataformas de mensajería ya que parte de lo complicado de detectar o hacer punible un delito informático precisamente es eso, que estos son anónimos, que el delincuente no tiene rostro, que quiero decir con esto, que muchas personas retransmiten una nota de voz que cualquiera puede grabar, cualquiera se puede hacer pasar por X o Y persona creando así una matriz de opinión errónea y causando mucho malestar en la población y en nuestra reputación en el gremio de la seguridad.
Bueno, esta es mi opinión, ¿cuál es la suya
@adogel
T.me/seguridadintegral
Adolfo M. Gelder