Pakistán instó este miércoles a los talibanes a reabrir el paso fronterizo de Chaman, que cayó en manos insurgentes hace un mes como parte de su rápido avance en Afganistán, y que cerraron el pasado sábado culpando a los paquistaníes por sus duros requisitos de entrada.
“No hemos cerrado la frontera. Ellos (los talibanes) la han cerrado y les pedimos que la abran para que puedan viajar personas de ambos lados que cumplan con los requisitos” de visados, dijo a Efe el comisionado adjunto de Chaman, Juma Dad.
Los combatientes anunciaron el pasado vienes el cierre del paso fronterizo “para todo tipo de movimiento de peatones, incluido el tránsito y el comercio”, hasta que Pakistán “relaje los requisitos de visado para los afganos que cruzan la frontera”, agregó.
El comisionado afirmó que Pakistán dispone de “ciertos requisitos y condiciones para las personas que quieren viajar debido a la covid-19”, por lo que no entiende “cuáles son sus demandas reales”.
Los talibanes tomaron el pasado 14 de julio el control del lado afgano, denominado Wesh, del punto fronterizo de Chaman, lo que llevó a las autoridades paquistaníes a cerrar la frontera de inmediato, ante el miedo a que grupos islamistas radicales ingresasen en el país.
El paso fronterizo volvió a abrir sus puertas del lado paquistaní a los pocos días, tras mantener una ronda de consulta con los insurgentes, según informó a Efe un funcionario de la zona.
Una vez reabierta la frontera, los combatientes impusieron nuevos aranceles sobre diferentes bienes comerciales, lo que hizo que los comerciantes pagaran un doble impuesto: primero a los talibanes para cruzar a Afganistán, y luego al Gobierno afgano.
El puesto fronterizo de Chaman es el segundo punto de entrada y salida más grande entre ambos países y proporciona acceso por carretera al puerto marítimo de Karachi, el mayor centro financiero y comercial de Pakistán.