El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró este lunes 23 de agosto, que Rusia no tiene intención de intervenir en Afganistán, después de el país cayó en manos de los talibán.
«No, de eso ni se habla», remarcó Peskov, quien señaló que una potencial intervención de Rusia en Afganistán «desataría una nueva guerra civil» en el país.
«Ese guion de desarrollo de los acontecimientos [intervención de Rusia] ya se examinó en una reunión y se concluyó que evidentemente crea un peligro adicional en cuanto a una nueva guerra civil en Afganistán», indicó, según recoge la agencia de noticias rusa Sputnik.
Peskov, resaltó que «nadie» tiene intención de intervenir en el país asiático, y apuntó que tampoco habrá una «intervención diplomática» en Afganistán.
Por otro lado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, coincidió con la canciller alemana, Angela Merkel, en que será necesario emprender un proceso de diálogo con los talibán en los próximos días para garantizar la protección de la población tras la conquista insurgente de la capital, Kabul.
Tras el encuentro que mantuvieron el viernes, Putin recordó el conflicto que enfrentó a los talibán y a la Unión Soviética y dejó caer que el sistema político que emergió de la invasión estadounidense que comenzó en 2001 no se ha terminado de ajustar a la realidad del país.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, matizó que «no hay prisa» por parte de Moscú para reconocer al régimen que quieren instaurar los milicianos 20 años después del final del anterior. Los talibán figuran en la lista negra por terrorismo de Moscú, pero Lavrov sugirió que el talante ha cambiado