Este martes 7 de septiembre, los talibanes anunciaron un gobierno interino en Afganistán encabezado por Mohammad Hassan Akhund «hasta que llegue un momento más estable», según reveló el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, en una rueda de prensa en Kabul.
El mulá Hassan Akhund se convierte en el nuevo presidente, con el mulá Abdul Ghani Baradar como su mano derecha y jefe del Gabinete de ministros
Entretanto, Mullah Yaqoob será el ministro de Defensa interino, quien ha sido uno de los líderes adjuntos de los insurgentes desde 2016. Reseñó el portal CNN en español.
Asimismo, fue anunciado hairullah Khairkhwa, como ministro de cultura; Sarajuddin Haqqani, ministro del Interior; Qari Din Muhammad Hanif, ministro de economía; Noorullah Nouri, ministro interino de Tribus y Fronteras; y ministro de Finanzas, mullah Hedayatullah Badri.
Cabe señalar que el nuevo ministro del Interior, Sarajuddin Haqqani, se encuentra en la lista de EE.UU. de terroristas internacionales, y el FBI ofrece una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
El anuncio se produce casi cuatro semanas después de que los talibanes se hicieran con la capital afgana tras la capitulación del Ejército y la huida del presidente, Ashraf Ghani, a Emiratos Árabes Unidos.
Desde entonces, han anunciado su intención de formar un gobierno “inclusivo”, pero las potencias occidentales han expresado su escepticismo y han manifestado su temor a la situación de las mujeres bajo la ‘sharia’ o ley islámica que han impuesto los talibán.
«Rechazamos cualquier tipo de interferencia extranjera en los asuntos de nuestro país y nuestro Gobierno. Ahora o en el futuro», dijo el portavoz Zabihullah Mujahid. «Esperamos que todos los países del mundo reconozcan nuestra legitimidad», agregó.
De momento, no aparece ninguna mujer en un ejecutivo que llegaron a anunciar como “inclusivo”, aunque poco a poco sus anuncios han ido perdiendo fuelle.
«Inclusividad» estilo talibán
El nuevo Gobierno talibán, que se enfrenta a una inminente crisis económica y humanitaria con la mayoría de los fondos del país bloqueados y los préstamos internacionales congelados, presenta su configuración con un mensaje de «inclusividad», en un intento de obtener el reconocimiento internacional.
«[El problema] es que los talibanes solo consideran la inclusividad étnica como la única petición legítima», sostiene Haroun Rahimi, profesor de Derecho en la Universidad Americana de Afganistán. Otras inclusividades, como políticas o, por su puesto, de género, no han sido tenidas en cuenta en el nuevo gobierno. En declaraciones previas al anuncio, el vicedirector del buró político del grupo en Doha (Qatar), Sher Mohammad Abbas Stanikzai, ya afirmó que «las mujeres tendrán una parte activa en el gobierno, no hay duda, pero no en las posiciones principales».
En su primer emirato, el gobierno talibán solo fue reconocido por tres países, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán y Arabia Saudí. En esta ocasión, varios países, incluida la UE y Estados Unidos, han mostrado su disposición de, al menos, sentarse a conversar con ellos.
En las últimas semanas, miembros de la cúpula talibán se han reunido con representantes diplomáticos europeos, qataríes y chinos.
El portavoz principal de los talibanes ha declarado que fondos chinos serán «la fundación del desarrollo afgano» y que «China será la puerta [del Afganistán de los talibanes] a los mercados internacionales». China, que cuenta con intereses tanto económicos (ampliación de la Nueva Ruta de la Seda, recursos mineros) como de seguridad (controlar el terrorismo islámico en su frontera), se ha mostrado dispuesta a negociar con los talibanes.
Tanto EEUU como la UE han supeditado un reconocimiento oficial a «las acciones, no las palabras» del nuevo gobierno talibán.
«No vamos a confiar en su palabra, vamos a tener en cuenta sus actos», afirmó la vicesecretaria de estado de EEUU Victoria Nuland.
«Si los talibanes quieren nuestro dinero, tienen que proteger los derechos de las mujeres», aseguró Hannah Neumann, eurodiputada alemana.
Pero tanto como EEUU como varios países de la UE han establecido contactos «operativos» con los talibanes, especialmente para facilitar una «salida segura» para los colaboradores y nacionales que no han podido ser rescatados en la primera evacuación aérea.