Es natural, aún en situaciones de crisis y pandemia, el ruido político en una etapa preelectoral, las discusiones entre candidatos tratan de generar un ranking, desde donde hacen críticas u ofrecimientos; que en su mayoría no se corresponde con las expectativas que tiene la gente en la calle, pero que son parte de una táctica.
Esto por lo general termina en una Polarización del Debate y con ello la posibilidad de encausar el voto, aspecto importante en escenarios electorales donde por cada plaza en juego o cargo a elegir existen hasta 10 aspirantes. A partir de esto surgen las tesis de la Economía del Voto, la apuesta al ganador y hasta la del Voto Chantaje “por éste para que no llegue el otro”
Añade el consultor y analista Aníbal Sánchez; “todo esto ha sido utilizado anteriormente en Venezuela, donde la institucionalidad del Voto es frecuentemente pisoteada por los que deberían ser sus promotores y garantes”
Pero ahora estamos ante un fenómeno distinto “Candidatos de una misma escudería escalando el ranking” y promotores arreglando las peleas.
No les basta con estar en el poder; someterse al plebiscito sobre su gestión o captar mayor número de adeptos. Algunos preparan el terreno y escogen sus adversarios, no solo para la polarización del discurso, sino en la competitividad “con quien me quiero contar” puede ser la clave de que algunos adversarios se habiliten o aparezcan en los medios.
La conflictividad política existente en el pais, tiene distintas aristas de acuerdo al cristal con el que se mire, están los que quieren aprovechar la circunstancia para mantenerse en un estatus, los que quieren aprovechar la situación para provocar otros cambios y los que avanzan en sus proyectos.
Parece ser un hecho el cambio de modelo Político y Economico en el pais, sin que signifique se den cambios en las estructuras del Estado o Gobierno; y esto podría marcar el ring para algunos líderes que requieren demostrar, crecimiento natural y una menor dependencia del proceso revolucionario.
En la Oposición el juego aún no decanta en todos sus tamices, desde los que no se apartan de las posiciones seguras, los reacios a compartir poder, los que creen posible la coexistencia con cierto reconocimiento y los que apuestan a fórmulas violentas para propiciar cambios; sectores que tienen en común que ante la debilidad “se encapsulan o atrincheran”
Quedando la mayor parte del electorado en un terreno incierto, donde incluso algunos fueron víctima de los que llamaron a la abstención durante años, y que ahora al estar en ellos en el ring vuelven a promover el voto, atacando a un enemigo imaginario, que se soporta en lo que fueron sus argumentos anteriores.
Tanto los candidatos opositores como oficialistas transitan su propia estrategia, no solo para obtener el triunfo electoral o llevar una mejor oferta que dé repuesta a los problemas de la gente; sino que buscan posicionamiento en un ranking político, que los deje como opción para futuros eventos
Esto sumado al fraccionamiento por múltiples partidos, indudablemente dificulta las posibilidades de la oposición pues es difícil una polarización más allá de lo comunicacional; y a nivel del oficialismo refuerza la táctica de cómo convertir una minoría social en una mayoría electoral..!