Fútbol, baloncesto, natación o atletismo. Millones de personas se interesan por estas y otras competiciones deportivas, pero buena parte de ellos lo hacen sin moverse del sofá.
De hecho, la falta de ejercicio físico provoca tantas muertes como el tabaquismo, según un estudio publicado recientemente por la revista científica “The Lancet
Un equipo de 33 investigadores de varios países concluye en el estudio que la falta de actividad física debería ser tratada como una pandemia global, dadas las graves consecuencias que supone para la salud.
Estos científicos estiman que un tercio de los adultos en el planeta no practica la suficiente actividad física, lo que causa alrededor de 5,3 millones de muertes al año. Dicha cifra equivale a una décima parte de los fallecimientos por dolencias cardíacas, diabetes, cáncer de pecho y de colon, todas ellas enfermedades a las que son más propensas las personas inactivas.
“La inactividad física está directamente relacionada con una mayor posibilidad de desarrollar factores de riesgo cardiovascular. Es ampliamente conocido que los pacientes sedentarios tienen una mayor predisposición a ser diabéticos e hipertensos”, apunta José Antonio García Donaire, nefrólogo y especialista en riesgo cardiovascular del Hospital USP San Camilo de Madrid.
Además, al gastar un menor número de calorías, el sedentarismo genera sobrepeso y obesidad, con sus consecuencias. También ocasiona problemas musculares, óseos, articulares y digestivos, entre otros, añade.
Para mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares, la salud ósea y reducir el riesgo, tanto de enfermedades no transmisibles como de depresión, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos dediquen como mínimo ciento cincuenta minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada.
Otra opción es practicar actividad aeróbica vigorosa durante al menos setenta y cinco minutos a la semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. “La actividad aeróbica se practicará en sesiones de diez minutos de duración como mínimo”, explica este organismo
EDUCACIÓN
El sedentarismo, sin embargo, se previene mediante la educación, señala el doctor García Donaire. “La mejor forma es dar ejemplo. El hecho de que los niños observen conductas sedentarias va a estar asociado a que las desarrollen de mayores. Al contrario, integrar actividades físicas durante la jornada será asimilado de forma positiva”, expresa.
En este sentido, el facultativo hace hincapié en la importancia que tiene la organización del tiempo. “Al comenzar la semana debemos conocer cuáles son los días en los que vamos a realizar ejercicio físico y hemos de considerar otras características fundamentales como el lugar, el tiempo, la preparación, la ropa y el calzado”, apunta.
A quien pretenda comenzar un programa de actividad física, el especialista le recomienda “que se ponga en contacto con su médico que, junto al personal de enfermería, analizará la cantidad de actividad que le conviene de forma inicial así como el mantenimiento para evitar lesiones y excesos de ejercicio”, comenta.
Además, es necesario “ajustar la actividad física a los requerimientos del organismo pues es la forma más saludable de evitar el sedentarismo y sus consecuencias negativas”, subraya.
El sedentarismo suele venir acompañado por hábitos alimenticios poco saludables. Así, García Donaire destaca que la falta de ejercicio físico y el sedentarismo están directamente relacionados “con una dieta en la que predominan hidratos de carbono de rápida absorción y grasas saturadas, unida a unos horarios nutricionales descontrolados, con mayor posibilidad de picar entre horas”.
El médico indica que cualquier grupo poblacional tiene probabilidades de ser sedentario. “Aunque es difícil generalizar, los niños y ancianos pueden ser grupos de riesgo si no son suficientemente asesorados y prevenidos”, puntualiza.
PROPENSIÓN A LA INACTIVIDAD
La investigación publicada por la revista “The Lancet” señala que los habitantes de los países ricos son más propensos a la inactividad, con cerca de dos tercios de su población adulta por debajo del umbral del ejercicio recomendado.
“A pesar de que el mundo está pendiente de las competiciones deportivas cada semana, la gran mayoría se mantienen inactivos”, apunta uno de los científicos responsables del estudio, el brasileño Pedro Hallal.
La presidenta de la Facultad de Salud Pública del Reino Unido, Lindsey Davies, sostiene que los gobiernos deben facilitar a los ciudadanos la práctica del deporte para mejorar el estado de salud de la población. «El lugar donde vivimos juega un papel importante. Si la gente no se siente segura en el parque cerca de sus casas, probablemente no lo utilizará», manifiesta.
Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud expresa que las políticas urbanas y medioambientales tienen un enorme potencial para incrementar la actividad física de la población.
“Algunos ejemplos de esas políticas consisten en velar por la accesibilidad y seguridad de la movilidad a pie, en bicicleta y otras formas de transporte activo, así como la existencia en las escuelas de instalaciones y espacios seguros para que los alumnos puedan realizar actividades físicas durante su tiempo libre”, indica la OMS.
Dejar de fumar
Pero a pesar de que la inactividad física y el tabaquismo provocan el mismo número de muertes, es preciso tener en cuenta que la cantidad de fumadores en el mundo es menor que la de personas inactivas, advierte Claire Knight, de la organización británica «Cancer Research». La doctora afirma que para prevenir el cáncer “dejar de fumar es, con mucho, el primer paso que cualquier persona debe dar”