Luego de haber revisado las estadísticas de seguridad de los últimos meses, se puede deducir que la delincuencia está mutando de acuerdo a las circunstancias. Si bien los números nos indican que el índice delictivo se redujo durante los meses que duró el confinamiento por la presencia del SARS-CoV-2, también podemos ver que en el mismo tiempo se intensificó la incidencia de otro tipo de delitos en los que la tecnología fue la principal herramienta, ahora que el teletrabajo y las clases de escuelas, colegios y universidades se realizan desde casa a través del Internet.
Adicional a lo mencionado, también se debe considerar el deterioro de las condiciones económicas en el país, el aumento de los índices de desempleo debido al cierre de muchas empresas y el consecuente descontento social, sumado a un intento de reactivación desordenada de la economía básica con las llamadas semanas radicales y semanas flexibles, lo que ha sido aprovechado por la delincuencia para actuar en contra de las personas y sus bienes, en los sitios y condiciones en los que esta nueva normalidad lo permite.
Las estafas, el robo a negocios, los asaltos callejeros, son ejemplos de incidentes que bajo estas circunstancias se están intensificando y en los que debemos poner mucha atención. Como he mencionado, el uso de la tecnología es una de las principales herramientas que los delincuentes están usando para estafar a través de aplicaciones de chat, redes sociales o llamadas telefónicas.
De hecho, existen muchos casos reportados públicamente en los que personas inescrupulosas, usurpando perfiles sociales, han estafado a la gente ofertando negocios muy lucrativos o solicitando ayuda de emergencia por supuestas necesidades apremiantes con esto del Covid-19.
Otro tipo de delitos reportados durante este tiempo, tienen que ver con la suplantación de autoridades de control o vendedores, quienes llegan hasta las casas fingiendo verificaciones u ofertando servicios y productos, tomando ventaja de la presencia de la gente que se queda en casa.
Los asaltos y robo de vehículos se están focalizando en los exteriores de los sitios a los que obligatoriamente debemos ir, como supermercados, bancos, farmacias, clínicas o también aprovechando el exceso de confianza de la gente cuando deja su vehículo sin las respectivas seguridades.
Otro punto que ha llamado la atención en las últimas semanas, posiblemente a propósito de los altos niveles de ansiedad en la gente por el confinamiento y la presencia del virus, es el aumento de accidentes de tránsito en las ciudades, lo que requiere que conduzcamos siempre a la defensiva.
Para finalizar, dar a conocer que inclusive las medidas de bioseguridad usadas para prevenir el contagio del virus están siendo empleadas por los delincuentes cuando comparten escopolamina (burundanga) en lugar de gel desinfectante o usan la mascarilla estando seguros de que las cámaras de seguridad y sus grabaciones no podrán identificarlos cuando cometan algún delito.
Con todo lo mencionado, la recomendación principal es mantener nuestro nivel de alerta elevado todo el tiempo. Si bien, el foco por el momento es prevenir el contagio del virus, considerar que también estamos expuestos a otro tipo de riesgos a los que debemos poner atención, por nuestra seguridad y la de nuestras familias.
Adolfo M. Gelder
@adogel
t.me/seguridadintegral