Alemania se enfrenta a una pandemia «masiva» de personas no vacunadas que deberán prepararse a restricciones más estrictas para frenar el aumento de infecciones por covid en el país, advirtió el miércoles el gobierno.
La «cuarta ola» de la pandemia nos está golpeando «con fuerza», dijo el ministro de Sanidad, Jens Spahn, en una conferencia de prensa, mientras la mayor economía de Europa ve cómo se están disparando los casos de covid-19 en las últimas semanas.
El miércoles, el instituto de vigilancia epidemiológica Robert Koch (RKI) informó de más de 20.000 nuevos casos en 24 horas y de 194 muertes, una incidencia cercana a los niveles de mayo.
Según el ministro, las personas reticentes a vacunarse tienen gran parte de responsabilidad de esta situación.
«Actualmente, estamos viviendo una pandemia esencialmente de no vacunados, y es masiva», dijo el ministro conservador.
«La cuarta ola de la pandemia avanza, como lo temíamos, porque el número de personas vacunadas no es suficiente», corroboró Lothar Wieler, presidente del RKI.
«No se trata de acoso»
El resurgimiento de las infecciones llega en un momento políticamente delicado para Alemania, cuando los socialdemócratas, ganadores de las elecciones del 26 de septiembre, negocian la formación de un gobierno con los Verdes y los liberales para intentar alcanzar un acuerdo en diciembre.
Hasta entonces, el gobierno conservador de Angela Merkel, que abandonará el poder tras dieciséis años de mandato, sigue al frente del ejecutivo.
La canciller saliente dijo este fin de semana estar «muy preocupada» por la evolución de la pandemia y «muy apenada» por el elevado número de personas mayores de 60 años no vacunadas, lamentando el retorno de «una cierta despreocupación».
Sin embargo reiteró que no cree necesario introducir la obligación de vacunarse.
Las restricciones de acceso a lugares públicos, restaurantes o teatros no siempre se cumplen, según Wieler.
«Si la situación sigue deteriorándose en los hospitales a nivel regional, es posible que se impongan nuevas restricciones solo a los no vacunados», dijo el portavoz del gobierno Steffen Seibert en una conferencia de prensa.
Spahn pidió a todas las regiones, responsables de las cuestiones sanitarias, que endurezcan las normas para los no vacunados, prohibiéndoles la entrada a determinados lugares públicos o exigiéndoles una costosa prueba PCR.
Algunos, como Sajonia (este) o Baden-Wurttemberg (suroeste) ya han aplicado estas medidas o están a punto de aplicarlas.
«No se trata de un acoso» contra los no vacunados, sino de «evitar una saturación del sistema sanitario», subrayó.
Tercera dosis
Según la Asociación de Hospitales alemana, los ingresos hospitalarios de pacientes de covid han aumentado un 40% en una semana. En cuidados intensivos, el aumento fue del 15%.
Según las últimas cifras del RKI, 55,6 millones de personas han recibido dos dosis de la vacuna, es decir, el 66,8% de la población.
«Los no vacunados tienen un alto riesgo de infectarse en los próximos meses, y algunos de ellos pueden enfermar gravemente», advirtió Wieler.
Pero convencerlos no es tarea fácil.
Una encuesta de Forsa encargada por el ministerio de Sanidad reveló recientemente que el 65% de los encuestados que no están vacunados no quieren «en absoluto» recibir la vacuna.
El ministro también dijo que quería acelerar las vacunas de refuerzo, aconsejadas por ahora a los mayores de 70 años, seis meses después de haber completado el primer ciclo.
Para las personas mayores, es urgente recibir esta tercera dosis de la vacuna, subrayó Leif Erik Sander, inmunólogo del hospital Charité de Berlín.
«Nuestros estudios demuestran que que alrededor del 40% de las personas mayores de 70 años no tienen anticuerpos que neutralicen la variante delta del virus seis meses después de la vacunación», advirtió. AFP