El jefe del Estado Mayor de la Defensa de Sudán, el general Abdulfattah al-Burhan, quien lideró el golpe de Estado a finales de octubre, se proclamó este jueves 11 de noviembre, como la cabeza de un nuevo Consejo Soberano y nombró a 14 miembros más para dirigir el país africano, y excluyó a una buena parte de los sectores que reclaman el traspaso del poder a la población civil.
Según la agencia oficial de noticias sudanesa SUNA, el general instó a «acelerar la formación de un Gobierno de competencias civiles y democráticas» y señaló que el nuevo Gobierno debe representar «las aspiraciones del pueblo sudanés» y «proteger la revolución”, en alusión a las protestas que derrocaron a Al-Bashir.
A través de un decreto, Burhan también mantuvo al general Mohamed Hamdan Dagalo, el comandante de las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán, como su asesor.
El nuevo Consejo no incluye a ningún representante de los estados orientales. Sin embargo, el canal público indicó que el representante de esa región será designado en una fecha posterior.
La nueva directiva mantiene a miembros del Consejo previamente disuelto y suma cuatro nombres nuevos.
Tras el anuncio del nuevo Consejo, decenas de habitantes de la capital de Sudán, Jartum, tomaron las calles en protesta por la disolución del antiguo Consejo y la formación de uno nuevo.
El anuncio se produce después de que Burhan declarara el estado de emergencia el 25 de octubre y disolviera el Consejo, así como el Gobierno, dando lugar a protestas populares masivas.
La medida se produjo en medio de acusaciones mutuas entre militares y políticos tras un fallido intento de golpe de Estado en septiembre.
Antes de la toma del poder por parte de los militares, Sudán estaba administrado por un Consejo Soberano formado por funcionarios militares y civiles que supervisaba el período de transición hasta la celebración de las elecciones en 2023 como parte de un precario pacto de reparto del poder entre los militares y la coalición civil Fuerzas por la Libertad y el Cambio.