Tres terroristas suicidas hicieron estallar este martes dos bombas en el centro de Kampala, la capital de Uganda, provocando sus muertes y las de otras tres personas, además de dejar 33 heridos.
«Las cámaras de seguridad muestran claramente que los atacantes eran terroristas suicidas», dijo el portavoz de la Policía de Uganda, Fred Enanga, en una rueda de prensa retransmitida desde Kampala.
Según los funcionarios policiales, las recientes explosiones sucedieron en el distrito comercial central de Kampala, cerca de la Estación Central de Policía y la entrada al Parlamento.
“Lo que podemos decir (es) que esto fue un ataque, pero quién es el responsable es un asunto que está bajo investigación”, informó el inspector adjunto de Policía de Uganda, Edward Ochom.
De acuerdo con el vocero del Ministerio de Salud, Ainebyoona Emmanuel, afirmó en un mensaje de su cuenta en la red social Twitter que el Hospital Mulago de Kampala estaba asistiendo a 24 personas, cuatro de ellas en estado crítico.
“Las amenazas de bomba todavía están activas, sobre todo de atacantes suicidas”, advirtió el portavoz de la policía Fred Enanga.
Las dos explosiones ocurrieron con una diferencia de tres minutos. Ambas fueron detonadas por agresores con explosivos. La policía frustró un posible tercer ataque al perseguir y desarmar a un presunto atacante suicida, dijo Enanga.
La sexta bomba en un mes
El presidente ugandés, Yoweri Kaguta Museveni, calificó este incidente como un «acto terrorista» en su cuenta de Twitter.
El 25 de octubre, un terrorista suicida perdió la vida al hacer explotar una bomba casera en el interior de un autobús repleto de pasajeros.
Al día siguiente, la Policía dijo creer «firmemente» que los responsables de ese ataque eran las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo rebelde de origen ugandés que actualmente opera en la vecina República Democrática del Congo.
El 30 de octubre, la tercera bomba estalló en el distrito de Nakaseke (centro), matando a tres niños que estaban jugando por accidente con el artefacto explosivo.
El 10 de noviembre, la Policía confirmó la detonación de otra bomba en el basurero de una zona de entrenamiento militar, hiriendo de gravedad a dos niños que habían acudido allí a buscar chatarra.
Por último, el 11 de noviembre, una persona murió y otras cuatro resultaron heridas al estallar una bomba en la localidad de Kapeeka.
Todavía se desconoce si existen vínculos entre estas explosiones.
Los objetivos de las ADF son difusos más allá de una posible conexión con la organización terrorista Estado Islámico, que en ocasiones se responsabiliza de sus ataques, si bien, en junio pasado, el Grupo de Expertos sobre la RDC de la ONU dijo que no había encontrado pruebas de un apoyo directo del grupo yihadista a las ADF.
La semana pasada, durante una reunión con los directores de las fundaciones Bridgeway y Buffet, involucradas en la seguridad de la región de los Grandes Lagos, Museveni expresó su disponibilidad para ayudar al Ejército de la RDC a «derrotar» a las ADF