Grecia canceló todas las celebraciones públicas de Nochevieja siendo una de las celebraciones familiares donde existe mayor contacto persona a persona, debido al incremento de casos por covid-19, luego de asegurar que la variante ómicron no iba a impedir ninguna fecha celebre
El miedo a ómicron había ganado la partida, después de que en tan solo unos pocos días esta variante, de presentarse en tan solo unas decenas de casos, se había convertido en la prevalente y el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis, acaba pegándose a la voz de alarma de los científicos.
La Navidad ha transcurrido así en familia y con un fuerte despliegue policial en las calles para evitar violaciones de las restricciones.
Entre las medidas impuestas a última hora ha estado también el uso obligatorio de las mascarillas en todas partes, no solo en interiores como hasta ahora, e incluso de doble protección en supermercados y transporte público donde se producen las mayores aglomeraciones.
En el resto del comercio, así como en la restauración de por sí es obligatoria la presentación del pasaporte covid que demuestre que la persona está vacunada o ha superado la enfermedad como mucho hace tres meses.
Los cotillones de Nochevieja en restaurantes deberán terminar a las dos de la madrugada, por lo que esta última noche del año se presenta nuevamente de lo más casera, algo que costará aceptar a más de uno, sobre todo en un momento en que la aceptación de la vacuna está disminuyendo.
EFE